ENVIADO POR CARMEN
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La vida y la muerte es un mismo tema visto desde diferentes ángulos. Muchas son las conjeturas que se han desarrollado al respecto. Cuando alguien ha hecho daño en vida se suele pensar que al morir irá a parar a la quinta paila del infierno y cuando ha sido una persona de buen corazón y ha hecho obras maravillosas, pensamos que estará en el cielo, con su corona y alas de ángel.
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Sin embargo, hablar de la muerte es un tema que no siempre es bien acogido y algunos prefieren no tocarlo. Yo prefiero pensar que es de otra manera, la vida y la muerte son experiencias tras experiencia dentro de nuestra inmortalidad como seres de luz. En los últimos meses el tema de la muerte ha pasado a ser por múltiples razones, un tema muy nombrado y juzgado por la forma trágica como está llegando a su fin, la vida. No hay razón alguna para temerle a la muerte.
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El mismo Dios que está de este lado está al otro lado de la tumba. Sin embargo, la mayoría de las personas le temen a la muerte en mayor o menor grado, en parte por miedo a lo desconocido, y en parte como resultado de falsas enseñanzas. De hecho, la muerte no existe en el sentido de extinción. Para entender la muerte, tienes que caer en la cuenta de que en realidad no tienes un cuerpo sino dos.
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No sólo tienes el cuerpo físico, sino que también tienes un segundo cuerpo compuesto de una forma de energía demasiado sutil para verla con los ojos físicos. Este cuerpo etérico interpenetra el cuerpo físico de la misma manera que el aire llena una esponja. Hay algunas personas que pueden ver el cuerpo etérico cuando se concentran en dicho propósito porque tienen el poder de establecer contacto con vibraciones mucho más sutiles que las que se podrían percibir de otra manera con los sentidos físicos ordinarios.
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Este cuerpo etérico es el depósito de todos tus pensamientos y sentimientos. Es la psiquis de los sicólogos. Es por esta razón que la personalidad sobrevive a la muerte, porque reside en el etérico, que pasa intacto al otro lado y no en el físico, que se descompone tan pronto se le deja sólo. Durante el sueño, trance y anestesia, cuando el cuerpo etérico puede separarse del cuerpo físico, permanece vinculado con este último mediante un ligamento etérico que se ha denominado “el Cordón de Plata”. Es tan elástico que el cuerpo etérico puede alejarse por una gran distancia y aún permanecer conectado en el cuerpo físico.
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La muerte consiste en cortar el Cordón Plata. Cuando este cordón se rompe, el individuo cae inmediatamente en un estado de inconsciencia total que podrá durar por días o hasta semanas. A su debido tiempo se despertará como de un sueño, y su vida nueva habrá comenzado.
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El otro mundo está a nuestro alrededor aquí mismo. Los llamados “difuntos” están desenvolviendo sus vidas aquí mismo donde estamos ahora, pero lo están haciendo en su mundo y a su manera, La razón de por qué no los vemos a nuestro alrededor o no chocamos con ellos es la misma razón de por qué un programa de radio no interfiere con otro: están en diferentes longitudes de onda.
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Comentarios
bonito artículo,yo no le temo a la muerte,y recorde un poco el libro que lleva ese nombre el cordon de plata,gracias.