La Vida Eterna
"Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en el Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna." (1 Juan 5:11-13)
¿Cómo está tu confianza, en Dios? ¿Crees que tienes vida eterna? ¿Te consideras una persona en tránsito por esta vida? El Apostol Juan nos dice que los que creemos en el nombre de Jesús debemos saber que tenemos vida eterna, ¿qué significa esto? ¿Qué es la vida eterna? Jesús mismo nos contesta esta pregunta al decirnos: "Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a quien tú has enviado, Jesucristo." Juan 17:3.
¿Cómo podemos conocer a Dios? Si sabemos y se nos ha dicho que Dios es amor, luego entonces tenemos que actuar en el amor para conocerle, ya que el amor resume todo lo que él es en su mismo ser. Conocerle significa ser cariñoso como él es cariñoso, compasivo como él es compasivo, y misericordioso como él es misericordioso. Claro que es de suma importancia que para ello pongamos nuestra confianza en Dios. Confiar en Dios es transformarnos atraves del Espíritu Santo en un nuevo hombre, un hombre comprensivo amoroso para sí mismo y los demás, un hombre que es capaz de entrar al lugar santísimo para encontrar ahí la fortaleza y la eternidad aun en los peores momentos de su existencia; un hombre que no pone sus ojos en la carne si no en el espíritu. Ese es un hombre que conoce a Dios y a su enviado Jesús Cristo.
Sin el Hijo no podríamos llegar a conocer realmente al Dios del amor. Jesús reflejó perfectamente el amor de su Padre y siempre se deleitó en hacer la voluntad de él. Por eso, rechazar al Hijo significaría rechazar al Padre. Como dijo Jesucristo a ciertos hombres que rehusaron creer en él y que buscaban matarlo: "Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado." (Juan 8:42,)
Conocer el amor, es conocer a Dios mismo, pero, Jesús nos invita a conocer otra clase de amor, iniciando por el amor a uno mismo, continuando con el amor al prójimo y culminando con el amor al Padre. Quien es capaz de amar sin limitar a quien ama, conoce del amor de Dios; un amor comprensivo con los errores y las equivocaciones de quien se ama, un amor con libertad de búsqueda, con tolerancia de sueños y motivación a los mismos. Dios tiene un amor tan suyo y Jesús quiere que conozcamos y probemos de ese clase de amor para que podamos gozarnos en la eternidad. El nuevo hombre deja sus temores, sus dudas, sus incertidumbres en Dios y con gran placer declara:
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Te das cuenta, David amaba a Dios y a su Creación, y por su amor a Dios confiaba en Él de tal manera que sabía que estando en el amor de Dios nada le hacía falta, el sabia que el Señor le haría descansar de todas, todas las cargas que llevaba, sabía que Él señor lo colocaría en aguas tranquilas no agitadas, no turbulentas; sabia que Dios su Dios nuestro Dios le daría aliento. Cuantas de las ocasiones no hemos nosotros perdido nuestra confianza en Dios y por ello miramos aumentadas nuestras carencias, y perdemos nuestro descanso y nos sumergimos en aguas turbulentas. Estando en el Amor de Dios primero recibiremos la confianza de que en Él todo lo tenemos,- mas cuando hablo de carencias no me refiero únicamente a las carencias materiales, si vivimos en el espíritu, será este espíritu quien ahora requerirá de su alimento, y que mejor alimento que la Palabra viva de Dios, que la comunión con Él.-
Esto (el sentirnos protegidos) permitirá que estemos en aguas de reposo pastoreados por el Señor y esta misma confianza nos proporcionara aliento. Enseguida David declara al Señor las bendiciones recibidas y le dice Aderezas mesa delante de mis angustiadores, es decir muestras tu mano poderosa frente a mis angustiadores para que estos sepan que tu no me dejas; además de esto unges mi cabeza con aceite (me unges con tu amor, para marcar a tu elegido), mi copa esta rebosando, mi copa esta plena por tu mano bendita y el bien y la misericordia (Dios mismo) los dones de Dios me seguirán todos los días de mi vida, nótese que dice todos los días de mi vida, es decir no solo algunos si no todos, y concluye diciendo en casa de Jehová morare por largos días.
Así es el amor de Dios, pleno, completo, en el no existen grietas ni divisiones, clases sociales o jerarquías, es un amor como la mejor de las fragancias, agradable, placentero y que no se niega, ni se oculta a nadie. Por eso nos da vida eterna.
Oremos: Padre hoy venimos a tu presencia en el poderoso nombre de tu hijo, Jesús Cristo, ayúdanos a gozarnos con convicción de tu promesa de vida eterna, que esta vida podamos disfrutarla a partir del amor que reconocemos por ti, y por nuestros hermanos, que nuestro caminar sea día a día auspiciado por el amor, que no seamos más nosotros tomando el control de nuestra vida, sino el amor, ese grandioso y maravilloso amor perfecto que emana de ti, ayúdanos a dejar el viejo hombre, aquel que se angustia por todo y de todo, aquel que nos sumió en la miseria y no permite levantarnos, mas tu mano poderosa, nada, ni nadie la detiene y tu nos levantaras y nos llevaras a la vida eterna porque en ti hemos puesto nuestra esperanza, nuestro amor y nuestra confianza, en el nombre de Jesús. Amen
J. Jesús Paz
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