Lo único que estás viendo allí afuera es el reflejo de tu propia alma. Por lo tanto, ten mucho cuidado cuando rechazas a alguien, o cuando crees que algo “no te vibra bien” con cierta persona, pues, en realidad son miedos de tu propio ego.
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Puede, en verdad, que aquél ser que tanto niegas sea la luz que tanto imploras, puede que te ayude a liberarte de tus prejuicios, que te ayude a aceptarte, a despertar, a iluminarte, mas para que eso suceda debes dejar a un lado los miedos de tu ego, y debes hacerlo ahora, pues hasta que no sueltes tus miedos, el feliz te hará sentir infeliz, el dichoso te hará sentir desdichado, el libre te hará sentir encerrado, y así sigue la cosa... el inocente te hará sentir culpable, el impávido puede amedrentarte, el apacible puede despertar tu ira, el que vive tranquilo puede resaltar tus nervios, el que sonríe a los problemas puede hacerte ver tu bronca.
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No temas: nadie puede decir nada sobre ti; lo que digan las personas es sobre ellos mismos.
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Aquél que se conoce a si mismo es una invitación latente a que los demás también se reconozcan.
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Lo único que ves allí afuera es el reflejo de tu estado interno. De hecho, aquello que estás viendo es lo único que puedes ver ahora. Por lo tanto, ten mucho cuidado de lo que dices, haces o piensas ante esa situación, observa con calma a cómo reaccionas.
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Recuerda que si la energía llegó hasta ti es por algo; sea lo que sea; adopte la forma que adopte; si la energía llegó hasta tu conciencia es para que aprendas a perdonarte, para que dejes de sentirte culpable, para que te emancipes, de una vez por todas, de todos tus juicios, creencias y dogmas. El “otro” es parte de nos“otros”, entonces, sé consciente que lo que el otro te mueve son «ondas» que tú mismo emites y el otro, consciente o inconscientemente, simplemente las rebota.
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Lo único que ves allí afuera es el espejo del alma que eres. Si eres luz, si eres amor, deberías ver sólo luz y amor, ahora... si algo o alguien no te deja sentir luz y amor, es porque aún albergas oscuridad dentro de ti, mas sucede que aún no eres capaz de aceptarla, por eso sigues proyectando en tus hermanos todas tus culpas y tus sombras. El afuera es la pantalla donde proyectas tus sueños; lo único que ves allí es una manifestación de tu interior, un espejo de tu ser; el afuera es una obra de teatro con seres que tú mismo creaste según tus propias necesidades, y los defines y los reprimes y los culpas y los amas o los niegas tal como se te antoja.
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El afuera es la gran oportunidad que hoy tienes para experimentar tu mundo interior. Para iluminarte. Acércate a las personas que más rechazas, observa las cosas que más te irritan, las situaciones o seres que más te molestan, provocan e incomodan, obsérvalas con absoluta comprensión... pues allí es donde se encuentra la salvación de tu mente y tu conciencia; allí se encuentra la felicidad que tanto anhelas y la paz que tanto añoras.
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Nuestra gratitud a las certeras palabras de Facundo Galati.
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Fuente: Energías Femeninas
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