El Tao es un enfoque cósmico que respeta la interconexión de todas las cosas y es similar a lo que, en el pensamiento occidental, se percibe como el microcosmos dentro del macrocosmos, en el entendimiento de que lo que es arriba (el cielo) es abajo (la tierra). El Tao no es una creencia sino una forma de vida: enfocada en establecer y sustentar un sentido de equilibrio dentro de uno mismo y vivir en armonía con el equilibrio de la naturaleza. Es la actitud opuesta a “somos superiores a todo y a todos los demás”, que ha creado semejante descalabre ecológico en nuestro planeta.
Tao significa el principio supremo que vincula toda la existencia. La existencia no es un caos; es un cosmos. Hay un orden inmenso en ella y ese orden se llama tao. Tao es la armonía de la totalidad. No se han construido templos para tao; ni estatuas, ni oraciones, ni sacerdotes, ni rituales… Es puro entendimiento, no es religión.
El surgimiento del camino taoísta es inseparable de los orígenes del I Ching, que se pueden ubicar en la época del rey Wen en 1140 a.c. e incluso antes, en 2400 a.c. con el soberano mítico Fu Hsi. Muchos llaman a Lao Tse como el padre del taoísmo; aunque quién fue Lao Tse sigue siendo un debate. Algunos dicen que era un hermitaño que vivía en una montaña, otros dicen que era un hombre de letras. Se cree que ayudó a Confusio a comprender los significados de los hexagramas del i ching.
Lo que si se sabe de Lao Tse es que creó el preciado libro “El libro del camino” mejor conocido como Tao Te Ching. A menudo se refirió al Tao como “la Madre” que nos guía a vivir como ella vive: suave pero poderosa, elástica pero fuerte, doblándose y adaptándose como un bambú no importa lo turbulentos que sean los vientos. Esta habilidad para ceder, refluir, fluir sin rigidez, ir con la corriente en vez de en contra de ella nos sustentará incluso en las épocas más duras. Es el poder que logra el cambio mediante el esfuerzo sin esfuerzo, a través de no hacer nada en vez de hacer.
Luchar en contra de la existencia es un desperdicio de energía vital…una vez que somos lo suficientemente conscientes para ver que la vida apoya el crecimiento de la consciencia, pero no siempre nuestros planes personales para alcanzar el éxito. Al entrar en armonía con el momento siempre presente, los desequilibrios de todo tipo desaparecen y se restaura la armonía. Significa vivir responsablemente: respondiendo a, en vez de reaccionar contra, lo que suceda.
“Hay algo sin forma y perfecto que existía antes que el Universo naciera. Es sereno. Vacío. Solitario. Inmutable. Infinito. Eternamente presente. Es la madre del Universo. A falta de un nombre mejor lo llamo Tao.
Fluye a través de todo, dentro y fuera de todo, y al origen de todo retorna.
El Tao es grande. El Universo es grande. La Tierra es grande. El hombre es grande. Estos son los cuatro grandes poderes.
El hombre sigue a la Tierra. La Tierra sigue al Universo. El Universo sigue al Tao. El Tao se sigue a si mismo.”
Lao Tse, Tao Te Ching (El libro del camino)
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