ENVIADO POR CARMEN
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Esta Luna Nueva en Cáncer habla de la germinación y la nueva vida. Ella nos alienta a tener fe en nuestro potencial, junto con una profunda determinación para asegurar que el potencial se ha cumplido. Así como una bellota contiene la huella del árbol en el que se convertirá, también en nosotros están contenidos nuestros seres futuros, esperando, durmiendo, en gestación, hasta que sea el momento adecuado para manifestarse.
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La oscuridad de esta Luna Nueva nos invita a soñar con nuestros seres futuros. Se trata de una Luna intuitiva que tiene tanto que quiere compartir y nos pide estar dispuestos a recibir. Ella nos recuerda que no importa cuántas veces podamos sentir que los cambios necesarios son demasiado grandes para ponerlos en práctica, de hecho ya ha ocurrido el cambio. Ya estamos transformados, aunque la manifestación no ha ocurrido.
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Ella quiere que dejemos de luchar ahora, para relajarnos, estar quietos y reconocer la profunda paz interior, en la que nuestro potencial tiene su ser. No hay nada que añadir, se nos dice, no hay nada que hacer y dónde ir. En este momento, ahora mismo, tenemos todo lo que necesitamos para ser lo que estamos destinados a ser. Ya estamos completos.
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Puede ser difícil confiar en este mensaje en momentos en que nos sentimos vulnerables, temerosos del futuro y sus retos, o de la pérdida de los valores. Puede ser desalentador aspirar a tanto y sin embargo no ver ningún camino para acceder. A veces, renunciar parece ser lo único sensato: conformarse con la familiaridad de una vida de duración media en lugar de arriesgar nuestra seguridad actual para perseguir la esperanza de una vida más plena. Pero esta Luna nos exhorta a no rendirnos ni ceder, sino simplemente a descansar un rato en el conocimiento de que quién y qué somos, en realidad vive en nosotros, esperando nacer.
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En el momento de lunación, Mercurio se dirige hacia ella y se reúnen un par de horas más tarde. Retrógrado en Cáncer, Mercurio nos aporta información sobre las circunstancias necesarias para que podamos cumplir con nuestro potencial. Para que el poderoso roble florezca, ciertas condiciones deben cumplirse: luz del sol, lluvia, suelo nutritivo y espacio para crecer. Nosotros somos ese árbol y el bosque es nuestra vida. El ecosistema en el que crecemos es delicado, requiere mucha atención y cariño.
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En los próximos días se nos anima a darle esa atención, para reequilibrar las cosas que han quedado fuera de orden, para hacer frente a la dinámica entre nosotros y los demás, para crear más espacio o utilizar el espacio que tenemos con más conciencia. Ha llegado el momento para estos cambios y fluirán con facilidad si nos comprometemos con un corazón abierto y un reconocimiento de que lo que todos somos, en realidad ya está dentro de nosotros, sólo espera el momento adecuado para salir de la bellota y crecer.
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La suavidad de esta Luna Nueva me toca profundamente, mientras escribo estas palabras. Sus susurros se deslizan a través de la oscuridad, para recordarnos que cuando dejamos de esforzarnos, el crecimiento se vuelve posible.
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Todo lo que tenemos que hacer es observar y esperar. Atender el suelo, regarlo, y saber que la vida se desarrolla exactamente como debe ser - y nosotros con ella - en nuestra propia majestuosidad única y radiante: un gran árbol surgiendo de una pequeña semilla, todos en la plenitud de los tiempos.
Feliz Luna Nueva!
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Sarah Varcas
Comentarios
Precioso Maya!!! gracias por la dedicación y el cariño que siempre nos brindas!! Cariños y saludos desde Argentina! :)
gracias.
GRACIAS!