Hace varios siglos atrás existía una mística leyenda, mágica y estupenda
Donde la diosa del pantano en las noches salía, las fantásticas palabras decía
Luego levantaba la espada del triunfo universal, sobrenatural y especial
Brillaba como aurora, y también era sonora.
Donde se sentían las voces angelicales, de las dimensiones celestiales
Ella tenía un poder, la paz en mundo mantener
Pero la oscuridad nuevamente nació, y gran parte de la tierra invadió
Un príncipe de un reino decidió buscar la espada, por los hombres la más deseada…
Con sus guardias y brujo blanco fueron en busca de ella, la espada milagrosa y bella
Pasaron por muchos peligros y acertijos descifrando, y por fin al lago encantado llegando
La diosa esa noche no emergió, el príncipe tristeza un poco le dio
Esperaron la siguiente noche y el joven comenzó a cantar, decía “ven diosa avatar…
Eres buena y sensible, te lo ruego hazte visible
Yo soy un hombre de humildad, deseo que toda la tierra tenga claridad
Llevo la paz interior, te brindo mi universal amor
Gracias por atenderme y físicamente verme”.
De repente la diosa surgió de las profundidades del lago, el príncipe la miró con halago
Luego el hizo la venia con reverencia, palpitaba de alegría su conciencia
Ella relucía de hermosura, blanca, radiante y pura
Le dijo telepáticamente, “eres un gran hombre de amor, darte la espada es un honor”…
Levantó la espada, y la melodía encantadoramente brillaba
En su canto le decía, “úsame con sabiduría, en la noche y el día
Ámame con tus cristalinos impulsos, dame todos los usos
Venceremos, la luz a la tierra daremos…
Luego de ganarle a la oscuridad, tráeme nuevamente con la deidad
Un Ser benévolo como tú solo podrá tenerme, y en tu interior verme”
Luego la espada voló hacia las manos de él, se sintió como al arcángel Miguel
Agració a la diosa y emprendió su camino, del maravilloso sincrodestino…
Todas las batallas fueron ganadas, y las oscuras energías desalojadas
Luego volvió al lago y entregó cortésmente la espada, a la diosa amada
Ella lo bendijo, diciéndole, “es un placer espiritual hijo”
Despues ella con la espada se sumergió, muy feliz se vio.
Dicen que todas las noches con la espada sale a cantar, y a la tierra luz dar
Ya que el bien siempre prevalecerá, el amor eternamente perdurará
El príncipe dejo su legado, un hijo iluminado
Gracias Dios por la divina historia, con fe hay victoria.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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