EL MIEDO A TOMAR DECISIONES EQUIVOCADAS
En mi opinión, cada vez que se toma una decisión hay que contemplar seriamente la posibilidad de que no sea la óptima o que ni siquiera sea una correcta.
Del resultado de las decisiones no se puede estar seguro. Se puede presuponer, pero también puede haber variables –propias y ajenas- que influyan para que no se produzca lo pre-supuesto.
La equivocación es una de las posibilidades. Conviene dejarla en el mínimo porcentaje posible –y para eso se debe reflexionar- pero es difícil que esa posibilidad desaparezca del todo.
El riesgo en estos casos es la parálisis por un exceso de análisis.
No hacer algo por miedo a equivocarse ya es una equivocación.
Estoy de acuerdo en aplazar las decisiones cuando hay muchas dudas, hasta estar más seguro, pero no estoy de acuerdo en aplazarlas continuamente cuando no hay una razón muy evidente para ello.
Cuando la única razón es el miedo… es una mala razón.
Las circunstancias de nuestras vidas nos obligan a tomar miles de decisiones, desde las más simples –qué ropa me pongo hoy, qué como- hasta aquellas de las que dependen nuestra economía, la vida sentimental o el resto de nuestra vida.
Es recomendable tomar la decisión que se supone acertada y seguir con ella por lo menos hasta que demuestre que no nos lleva hasta los resultados deseados. Y si no da el resultado apetecido…pues se saca todo el aprendizaje que nos haya aportado hasta entonces y eso se utiliza para la próxima decisión.
El amor propio, la comprensión, la desdramatización, o la benevolencia, pueden colaborar para que el resultado indeseado de una decisión no se convierta en una fatalidad, una tragedia infinita, una catástrofe que nos condene al destierro, o el fin el mundo.
“Errar es de humanos”, se dice. También se dice “nos soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones”. “¿Cómo puedes saber que es la decisión incorrecta si nunca la tomas?”. “Cuando tus valores son claros para ti, tomar decisiones se vuelve más fácil”.
La decisión más importante que puedes tomar –y en la que nunca te equivocarás- es la de aceptarte y seguir amándote… a pesar de que de vez en cuando te equivoques.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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