EL FANTASMA DE MIS MIEDOS SOY YO

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EL FANTASMA DE MIS MIEDOS SOY YO

 

 

En mi opinión, si no permitiésemos que el fantasma del miedo se inmiscuyera tanto en nuestros asuntos, y si no le diésemos tanto protagonismo y poder, nuestra vida –sin ninguna duda- hubiese sido y sería muy distinta.

 

¡Hay tantas cosas que no hacemos por miedo!, ¡tantos deseos se han quedado en el aire!, ¡tantos sueños que han muerto en el pensamiento!

 

Es curioso que concedamos tanta omnipotencia a algo que no tiene entidad y que sólo existe en nuestra mente. Miedo es “angustia por un riesgo o daño real o imaginario”. Entiendo la angustia cuando el miedo es real, pero… ¿y cuando sólo es imaginario? Porque imaginario es la mayoría de las veces; se mueve en esa delgada línea entre la excesiva y desproporcionada prudencia y el temor que también se basa sólo en suposiciones negativas y pesimistas.

 

Miedo es también “recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”. Nos quedamos sin hacer multitud de cosas por eso de que puede suceder lo contrario, pero… ¿y si no sucede lo contrario? Nos frena en demasiadas e innecesarias ocasiones el miedo a que salga mal, pero… ¿y si no sale mal? Está claro que si no se prueba, si no se hace, nunca se sabrá si el resultado sería el deseado o el contrario.

 

El miedo es, también, ese fantasma imaginario que oímos deambular por nuestro interior proclamando peligros, presagiando fracasos, cortando de raíz los deseos y los sueños con la única fuerza de su recelo y su pánico -infantil en la mayoría de las ocasiones- y sin más base que la desconfianza y sus muchas dudas. Los fantasmas, los monstruos, los impedimentos y los miedos sólo viven en la mente. Si queremos que sigan que lo hagan como invitados, pero sin derecho a voz ni a voto.

 

Cuando uno tiene seguridad en algo que quiere emprender, o tiene confianza en sí mismo porque ha demostrado ser sensato y fiable, o tiene una fe que no admite interferencias, entonces el miedo rebaja su potencia frenadora a ser cierta prudencia y una advertencia –que esa es su verdadera función- y entonces deja de ser un impedimento.

 

El miedo es, también, para desgracia de quien lo padece, una muralla que separa lo que es de lo que podría alcanzar a ser. ¿Quién crea el miedo? Si nuestra mente fuese un poco más lista de lo que es, se daría cuenta de que es ella misma quien crea el miedo. Si uno es capaz de percibir esto con claridad, y es capaz de discernir entre insensatez y osadía, y cuándo la osadía es motor necesario y cuándo es locura, podría deshacerse de la mayoría de esas imaginaciones a las que llamamos miedo.

 

Lo que está claro es que el miedo en demasiadas ocasiones se excede en la función de ser consejero –en forma de advertencia o sugerencia- y se convierte entonces en un rígido castrante que impide hacer. Puede estar bien tener un “miedito” que nos frene un poco antes de cometer una locura, pero que no tenga la suficiente fuerza como para impedir que sigamos adelante si eso es lo que REALMENTE queremos. El miedo tiene como una de sus funciones protegernos avisando de los riesgos, pero uno sólo  tiene que tener en cuenta ese aviso y hacer después lo que quiera hacer.

                                                                                                               

Si se dejan salir los miedos, o los echamos con contundencia, quedará en nuestra mente un amplio espacio en el que poder vivir los sueños. ¿Por qué mueren los sueños? Por miedo. Y no es que sea malo tener miedo, lo malo es dejar que nos imponga y domine, que sea él quien presida nuestra vida y nuestras decisiones. Por eso se dice que “valiente no es aquel que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo”. Echar al miedo de ese puesto que ha usurpado es tomar el mando consciente de nuestra vida.

 

“Hazlo. Y si te da miedo, hazlo con miedo”. Así se dice. Así ha de ser. “Lo que temes te controla. El miedo no está afuera, en la vida, sino en tu mente. Las dificultades se pueden superar”.

 

Los miedos patológicos se solucionan con la ayuda de un psicólogo. El resto de miedos se solucionan dejando de tenerles miedo. El miedo al miedo es el peor de los miedos.

 

Los miedos requieren TODA nuestra atención. Sabemos cómo y cuánto nos perjudican así que estará MUY BIEN que los enfrentemos y nos deshagamos de ellos. Aquí tienes algunos enlaces con información, pero busca y busca y busca hasta que tengas este asunto resuelto.

 

¿CÓMO SUPERAR LOS MIEDOS?

https://buscandome.es/index.php/topic,18331.0.html

ACABAR CON TODOS LOS MIEDOS (Rafael Santandreu)

https://www.youtube.com/watch?v=tDhjZe9kYzk

CÓMO ACABAR CON LOS MIEDOS (Mario Vaena)

https://www.youtube.com/watch?v=mNsJRIqZlPM

 

“El miedo es la emoción más difícil de manejar. El dolor lo lloras, la rabia la gritas, pero el miedo te atrapa silenciosamente en tu corazón”. (David Fischman)

 

Te dejo con tus reflexiones…

 

Francisco de Sales

 

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