Este es un poema- historia, basado en la espiritual gloria
Una señorita vivía en su maravilloso hogar, con su madre del amar
Todo fluía en armonía, el cariño entre las dos se sentía
La joven terminó la secundaria, se preparaba para la prueba universitaria.
Pero un chico con poca evolución, la enamoró con falsa ilusión
Segándola completamente, engañando su mente
La chica de su madre ya no escuchaba consejos, se fue con aquel hombre muy lejos
A la mamá se le partía el corazón, de ver a su hija que partió sin compasión.
A los pocos días él comenzó a maltratarla, hasta intentó por celos matarla
Un “infierno” se volvió su vida, era una existencia sufrida
A los dos meses ella quedó embarazada, sentía que estaba condenada
El maltrato y la hambruna continuaba, mientras él se emborrachaba.
Un día muy fuerte el hombre a ella le pegó, también el plato de comida le negó
Ella en su cuarto ensangrentada, solo pensaba en su criatura amada
Sacó un papel en blanco y unas letras escribió, y con sacrificio por correo a su madre le envió
A los 4 días la madre recibe la carta, observa que es de su hija y rápidamente la destapa.
Mira unas gotas de sangre en el papel y luego comienza a leerla, llorando estaba ella
“Madre, no quise oír tus consejos, partiendo te ti lejos…
Ahora vivo una vida infeliz, mientras que antes contigo era feliz…
Yo cometí un error, ahora con este hombre vivo en terror…
Madre, en 6 días por tu casa pasaré, si veo un pañuelito blanco en la puerta entonces entraré…
De lo contrario partiré, y también te comprenderé”.
La madre dejó de leer, y comenzó a correr
Llegó a la habitación vio una sábana blanca, la rompió y dos pedazos y las puso en la puerta con una firme ancla.
Dos días despues la joven pasó, al ver las sabanas blancas su corazón descansó
Tocó la puerta y su madre abrió, con lágrimas en sus ojos, besos y abrazos le dio
La chica se arrodilló llorando, la madre la estaba consolando
La hija fue perdonada, la mamá le hizo una gran fiesta en su morada.
El perdón y el amor, es el sublime honor
Padre-Madre no es un Dios castigar, es total amor
Esta historia nos enseña amar, también a perdonar y olvidar
Gracias Dios por hacerme reflexionar, y con amor al prójimo mirar.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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