Ella vivía en un país árabe, Alá su espiritual jarabe
Cubierta de los pies hasta la cabeza, con amor en la mezquita ella reza
Al Yama^ ah, ella asistía, con lagrimas se conmovía
Aanisa es nombre, por su juventud todavía no conocía hombre.
La guerra en su país le quitó a casi toda su familia, su corazón a Mahoma se afilia
Sale en busca de refugio a un país lejano, con su pequeño hermano
A una nación latinoamericana llegaron, ambos se abrazaron y lloraron
ACNUR los envió a una fundación, para recibir ayuda y colaboración.
La cultura era muy diferente, por su idioma no se podían comunicar con la gente
Pero en la fundación había un gran hombre, Juan es su nombre
Cristiano que rezaba el rosario, casi a diario
Hacía sus plegarias a Jesús el Nazareno, de amor hacia los demás estaba lleno.
Cierto día en el pasillo ellos se tropiezan, sus miradas se atraviesan
Aanisa agacha el rostro y pide perdón, su humildad el gran don
Él habla el leguaje de ella, que en la mente de la mujer deja huella…
Luego sale corriendo, y solo el suelo viendo.
En su mente estaban las palabras de Juan y su retrato, el alma temblaba si como entre los dos hubiera un contrato
El también la recordaba, como maravillosa hada su mente la dibujaba
Al día siguiente Juan se acercó a Aanisa, ella sintió una dulce brisa
Él le dice en idioma árabe: eres una mujer maravillosa, espiritualmente preciosa…
Ella agacha su mirada, pero en el fondo estaba enamorada
Ella dice: no es bueno que una mujer soltera hable con un hombre, ni siquiera se su nombre
En mi país ya me hubiesen castigado, por haberle hablado y mirado
Así que por Alá no me platique más, usted es de otro país además.
Juan le dice: se lo tu dogma, también de tu maestro Mahoma
Pero esta tierra es neutral, y el amor en cada corazón especial
Yo soy un hombre respetuoso, gentil y amoroso
Solo deseo su amistad, le hablo con la verdad.
Aanisa sale de rapidez, él se siente enamorado por primera vez
Su hermano la estaba viendo, sale de tras de ella corriendo
Luego se le acerca y le dice: hermanita de mi alma, se que tu corazón está confundido y no tiene calma
Pero recuerda que los dos solos hemos quedado, el pasado ya se ha terminado…
Juan es un hombre respetuoso y amable, de todos los refugiados aquí responsable
Sé que somos de distintas religiones, y diferentes regiones
Pero debes de darte una oportunidad, el amor va más allá de una religión y la alma gemela una total verdad
Las mujeres como los hombres tienen los mismos derechos, por Alá todos iguales fuimos hechos…
No dejes pasar esta oportunidad, los dos se amán a primera vista en verdad.
Ella lo abraza y sonríe en medio del llanto, lo cubre con su manto
A la siguiente semana ella se acerca a Juan y lo saluda, le dice: buenos días, que bonito que es Jesús, Mahoma y Buda
Ambos sonríen y comienzan a dialogar, desde ese día inició más fuerte el amar.
Ambos ayudaban a los refugiados, también a los desamparados
Al año siguiente por lo civil se casaron, luego ellos dos y su hermano al mar llegaron
Su hermano los bendijo, y esto dijo:
Que el amor los una eternamente, Dios, Alá es total libertad evidentemente…
Que el universo los llene de felicidad, ternura y por siempre unidad.
Juan y Aanisa se besaron, su pacto sellaron
Ahora no practican ningún dogma, uniendo interiormente a Jesús y Mahoma
Al tiempo dos hijos nacieron, y felices todos vivieron.
Gracias Dios porque en ti no hay religiones, amor y paz en todas las naciones.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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