Amados seres humanos, reciban mi humilde bendición y mi luz envolvente.
Cuando estáis en vuestras actividades cotidianas, os absorbéis en ellas que os olvidáis de muchas otras cosas que pueden estar sucediendo en vuestro entorno y esto os hace permanecer serenos y tranquilos sus labores diarias y más adelante os enteráis de lo ocurrido, comienza en vosotros la angustia, las conjeturas, los pro y los contras, las lamentaciones, las consideraciones, los reproches y un sinnúmero de cosas que os perturba y os lleva al caos interior.
Cuando iniciáis el nuevo día. Con las preocupaciones que ocasionasteis y que conforma vuestro caos interior, os levantáis confundido, estresado y energúmeno. Por consiguiente, todo ese día se fue por la borda, ya que será un día pesado y negativo. Pero, si encontráis en el transcurso del día algún hecho, suceso o persona que os traiga un poco de alegría y logre sacaros de ese estado espiritual en que os encontráis, entonces las cosas cambian y lo que era oscuro y confuso se vuelve claro y bello. En una palabra se te arregló el día.
Así es todo, hermano mío, cuando permitís que en vuestro corazón aniden sentimientos negativos de rencor, odio, resentimiento por las cosas, hechos o personas que se hallen en vuestro derredor, comienza para vosotros la experiencia más negativa de infelicidad que podáis vivir, el malestar interior, no se dejará esperar, vuestro genio se descompone y vuestro estado natural es estar malhumorado. De vez en cuando se escapa de vosotros una pequeña risita y poco compartís con los demás y entonces alegáis que nadie os comprende, sin daros cuenta hasta este momento la carga pesada que llavais por dentro.
Más, si alguien os lastima u ofende ahí sí que se forma la gorda, pues, ya llegasteis al límite de vuestra amargura y llega a lo que es "natural" en este estado, la explosión, las palabras duras, los insultos y hasta los golpes. Con ello habéis echado una nueva carga a vuestro acumulado espiritual y os sentís desesperado, ofuscado y aburrido.
Con este depósito interior vuestra vida se hace dura y vivís prevenido de todo y por todo.
Ahora, mi amado lector, deseo que observéis esta escena:
Es una humilde casa en donde habitan un hombre solitario y un perro, por lama fortuna, ese día el hombre solitario se dirige al lugar donde había guardado el pan y para colmo de males, el pan no está, por las huellas se ha dado cuenta que el perro se lo comió, entonces coge a golpes al perro y lo hecha afuera de la casa. El perro se va muy acongojado. Al día siguiente, regresa el perro a casa y encuentra a su amo tendido en el suelo echando espuma por la boca y el bendito animal toma por el pie a su amo y lo arrastra hasta un arroyuelo cercano, coloca la cabeza del amo a la orilla del arroyo le lame la espuma y comienza a ladrar en señal de auxilio, unos trabajadores que se pasan por el lugar escuchan los ladridos y se acercan curiosos a ver qué ha pasado allí, ven al hombre y le atienden inmediatamente y se recupera el hombre solitario del desmayo que había sido preso.
Como veis en esta escena el perro que fue agredido por su amo, no guardó en su corazón rencor alguno contra él y sí le prestó el auxilio necesario para que su amo volviera a la vida.
Es la madre naturaleza que hoy nos enseña lo que es el perdón. El perdón es la liberación divina que consume todas las cargas depositadas en vuestro corazón y que os ha llevado a vivir en una vida hostil y mezquina.
El perdón es el agua pura que disuelve las asperezas del alma, El perdón lava, limpia, y sana vuestro corazón.
Perdonar es la más sublime liberación que puede experimentar el que perdona, es como si estuviese sofocado y una brizna de rocío refresca su sed.
Cuando decidáis perdonar todo cuanto habéis guardado en vuestro corazón os sentiréis como cuando se ha estado aprisionado con cadenas y habéis logrado romperlas. Es una sensación de alivio, descanso, de liberación.
amado mío no continuéis más amarrado con las cadenas del rencor, suéltalas, perdona.
Que cada día vuestra vida sea un culto al perdón, perdona siempre y perdona todo y vivirás libre y feliz, no volveréis a experimentar las molestias del rencor ni del resentimiento y mucho menos del odio.
Cuando decís: "Yo perdono, pero, no olvido" en verdad que no habéis perdonado, porque el perdón borra cualquier molestia que pueda perturbar vuestro corazón.
Recordad siempre debéis perdonar todo y así os perdonáis
a vosotros mismos.
Maestros Ascendidos
Platican a la Humanidad I.
Comentarios
me encanta la frase perdono a todos,me perdono a mi mismo y perdono el pasado estoy libre,y creo que el perdon nos libera y limpia gracias.
Dora muy buenas, el perdón es una filosofía de vida, elige hacerlo y esto te permitirá abrirte a ello, Bendiciones en La Luz Navideña, Divina Luz.
Muchas gracias por compartir. El perdón es algo que debemos dar diariamente, espero estar abierta a ello. Muchas bendisiones.
MUY BUENA REFLEXION! GRACIAS.