Amados hijitos míos, en este espacio, vamos a platicar sobre lo que es la vida misma.
Muchas veces habláis sobre la vida, decís que la vida es dura, que se lucha permanentemente, que todo es una brega, que todo requiere esfuerzo, que nada es gratuito y hasta llegáis a pensar que vuestro Padre Celestial es injusto, al daros una vida de angustias, sufrimientos, zozobras y dolorosa.
Ante esta percepción que hasta hoy habéis tenido de la vida, sí que verdaderamente es desastrosa y llena de calamidades. Pero, amaditos míos, os voy a referir una historia para que juntos dilucidemos su contenido y sus enseñanzas.
"En un restaurante donde se expendían ricas comidas y exquisitas bebidas, ubicado en el sector más elegante de la ciudad, el cual era muy concurrido por sus deliciosas comidas, y bebidas y además por el excelente trato que los servidores daban a las personas que allí iban.
Una vez llegó al restaurante de ricas comidas y exquisitas bebidas una familia integrada por el padre, la madre, sus dos hijitos que eran una bella niña y su joven hermanito. Entraron al restaurante, inmediatamente el servidor los recibió y los ubicó en el mejor de los puestos que había, donde podrían apreciar un hermoso paisaje, buena luz y respirar aire puro. La mencionada familia tomó la carta para ver y escoger el menú del día.
Entre ellos intercambiaron opiniones y por fin se pusieron de acuerdo entonces, llamaron al servidor y le pidieron las ricas comidas y las excelentes bebidas que habían seleccionado. El servidor recibió el pedido y se retiró.
Mientras esto sucedía dentro del restaurante, en la parte de afuera había a la entrada del restaurante una humilde familia desarrapada, sucia y hambrienta. Como es de suponerse, el portero que cuidaba la entrada les ordenó que se retiraran de la entrada del lujoso hotel, pues, estaba prohibido que personas de esa índole perturbaran con su presencia la llegada de quienes entraban al restaurante.
La humilde familia andrajosa y hambrienta suplicaba al portero que por favor, aunque fuera, les permitiera que les dieran un poco de las sobras de aquellas ricas comidas y exquisitas bebidas. El portero que era un hombre de buen corazón, llamó al cocinero y le pidió que le enviara a la puerta de entrada del restaurante los desperdicios que hasta el momento estaban allí.
A la petición del portero le fue enviado lo que había pedido y se los entregó con la condición que se fueran de por ahí y nunca más volvieran a molestar. La familia con expresión alegre tomaron las sobras y se retiraron.
Dentro en el gran comedor, de amplias ventanales, la familia esperaba ser atendida y así fue, el servidor apareció con los excelentes platos pedidos, presentados en finas fuentes, puso la mesa con muy buen gusto y nuestros comensales comenzaron a disfrutar los exquisitos platos que habían pedido, con una suave y bella melodía que se expandía por todo el salón comedor.
La familia, mientras comían, hablaban, comentaban, reían y muy contentos disfrutaban las ricas comidas y exquisitas bebidas.
Una vez terminada la comida, el servidor retiró la loza y muy amablemente, les dijo que si deseaban alguna cosa más, con mucho gusto él los atendería y les ofreció unos deliciosos manjares que serían maravillosos para después de la comida. La familia aceptó y les trajeron los deliciosos manjares. Luego de haber terminado escucharon un rato música y finalmente pagaron la cuenta y se fueron contentos y satisfechos.
Amaditos de mi corazón, como visteis en esta historia se presentaban dos situaciones que al tiempo son contrarias, aparentemente, pero, son iguales, ahora preguntáis, cómo es esto que estas situaciones son contrarias pero son iguales?
Veamos, se presentan en el relato una familia opulenta y rica y otros pobre, humilde, harapienta y hambrienta. Aparentemente, no pueden ser iguales, más, sin embargo, si analizáis, el elemento familia en las dos situaciones es la misma familia en sí. Ahora, miremos el elemento hambre, es también igual para ambas familias. Y observamos el elemento comida, en el relato, fue la misma rica comida y exquisita bebida para ambas familias o sea lo que equivale a decir igual.
Amados hijitos de mi corazón, como veis en este relato, la comida es la fuente de energía que da vida al cuerpo, no importando la forma como ésta se presente a los ojos del ser que consume. Igualmente, es la vida misma que late en vuestro corazón, la que alimenta vuestra alma, sin importarle si sois "ricos" o "pobres". Es la vida misma que vuestro servidor, el más grande de los servidores, os la da, para que os fortalezcáis y podáis caminar seguros y sin fatigas por vuestro trasegar en el mundo.
Es la vida misma, la comida que Dios os da, sin discriminación, sea cual fuere, la experiencia que esteis viviendo en esta existencia. Pues, vuestro Padre Celestial os da la vida y vosotros escogéis la forma como vais a emplear la vida misma. Con esto os digo hijitos, que la vida misma sencillamente es en cada ser, siempre, eterna e inmodificable, no cambia, por lo tanto pensad, cuando dais a la vida misma calificativos negativos y desastrosos, estais equivocados, pues, ahora sabeis que es la vida misma y por lo tanto, os dais cuenta y habéis comprendido que vuestro Padre Creador, jamás ha sido injusto, pues, Él en su amor infinito os ha dado la vida misma eternamente, como la vida eterna que vuestro Padre Es, comprendéis ahora hijitos míos, que es la vida misma en el ser? está ahí siempre alimentandoos, para que en cada existencia podáis caminar a lo largo de vuestras experiencias, las fatigas y los sufrimientos los ponéis vosotros.
Esto es la vida misma, amaditos míos, con confundáis
la vida misma con vuestras experiencias. Recordad la vida simplemente es en cada uno de vosotros.
Maestros Ascendidos
Platican a la Humanidad I.
Divina Luz.
Comentarios
Hermosaaaaaaaa gracias Maya, abrazos de oso contentonnnnnnnn Divina Luz.
MUCHAS GRACIAS, QUERIDA DIVINA LUZ. DIOS TE BENDICE. MAYA