CONEXION Y PLENITUD

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EXTRACTO DE LIBRO "DONDE TUS SUEÑOS TE LLEVEN"

En ocasiones hay una parte de nosotros que inconscientemente procuramos esconder, algo que sentimos o creemos en nuestro interior y que consideramos negativo. Algún miedo psicológico, algo en nosotros que no aceptamos o  no queremos que los demás vean o conozcan, porque suponemos que puede provocar una reacción negativa o un rechazo, algo que nos da vergüenza o miedo, porque asumimos que si los demás descubren esa parte de nosotros, seremos menos valorados ante sus ojos y tememos perder esa conexión

Podríamos dividir en dos grupos, a las personas que tienen un sentido de conexión, de empatía, que se sienten merecedores y los que se pasan la vida buscando esa sensación.

La diferencia entre  aquellos que si se sienten merecedores, logran conectar con esos sentimientos, es porque creen que lo merecen y se aceptan a sí mismos tal como son, a pesar de sus defectos, como los tenemos todos, mientras otros creen que tienen que alcanzar ciertos logros para sentirse merecedores y si no los alcanzan se castigan a sí mismos y sufren sin poder sentirse merecedores  o dignos,  y no se aceptan totalmente. Lo que equivale a sufrimiento, mientras que aceptarse significa quererse.

Aquellos que se pasan la vida intentando ser otra cosa distinta de lo que son, aquellos que pretenden aparentar ser lo que no son, se están auto condenando al vacio. Mientras que los que tienen la valentía de mostrar sus defectos e imperfecciones, aquellos que se muestran como verdaderamente son,  aquellos que muestran su vulnerabilidad, son más humanos, más cercanos, viven una vida más rica y plena, tienen la capacidad de conectar.

Estos últimos tienen la capacidad de aceptar la vulnerabilidad porque no pretenden ser héroes, ni pretenden impresionar a nadie, y es precisamente esa aceptación de su ser y su humildad, lo que  les ofrece su grandeza

ERES SUFICIENTE, ERES MERECEDOR.


LAS CIRCUNSTANCIAS

En la vida, cada día nos enfrentamos a todo tipo de situaciones y circunstancias, algunas positivas y otras negativas.

Sin embargo cada uno de nosotros somos responsables de cómo reaccionamos ante esas  mismas circunstancias, y aquí es donde encontramos dos clases de personas. Unos se resignan ante esas circunstancias,  sintiendo  que no tienen ningún poder sobre ellas. Pero si culpamos de todo a las circunstancias, estamos dando todo nuestro poder interior a algo externo, convirtiéndonos en víctimas de las circunstancias.

Siempre tenemos dos opciones, podemos sentarnos a esperar que las circunstancias cambien, pero entonces dependemos de los demás y del entorno,  o podemos asumir nuestra responsabilidad y capacidad para influir en nuestras circunstancias y reaccionar de manera más constructiva.

En ambos casos las circunstancias son las mismas, no es una cuestión de cómo te trata la vida, sino de cómo respondes ante los acontecimientos. Las dificultades siempre aparecerán, sin embargo  es nuestra fortaleza mental y emocional,  la que determinará la duración y el  grado de impacto de dichos eventos.

La gente que avanza en este mundo es la que persigue y  busca las circunstancias que desea y si no las encuentra las crea. No podemos controlar las circunstancias, pero SI nuestra actitud ante ellas, si como nos enfrentamos a ellas.

Como decía Viktor Frankl, al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa “La última de las libertades humanas”, la capacidad de elegir la actitud personal ante un conjunto de circunstancias. Lo importante no es lo que ocurre, si no como reaccionamos, nuestra actitud ante lo que ocurre. Cualquier hombre puede en cualquier circunstancia decidir lo que será de él, mental y espiritualmente. Ese es nuestro verdadero poder.

No te enfades porque no puedas conseguir que los demás sean como tú quisieras, si ni tú mismo puedes lograr ser como tú quieres. No podemos hacer que los demás cambien, tan solo podemos ofrecerles un entorno más positivo para que ellos puedan tener la opción de cambiar cuando llegue su momento, no podemos elegir ni hacer ese trabajo por los demás, ya que cada persona tiene que experimentar y aprender sus propias lecciones.
No le servirá que le demos nuestras respuestas, porque cada uno tiene que encontrar las suyas, están en su interior no en el tuyo, mientras acéptalos y quiérelos tal como son. Si verdaderamente quieres ayudarlos, crece tú, supérate y sé el ejemplo.

Javier Iriondo: Del libro "Donde tus Sueños te lleven". (Altamente recomendable).


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