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La ansiedad es una emoción que se caracteriza por sensaciones de tensión, pensamientos que nos preocupan y cambios físicos.
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El miedo y la ansiedad son parte de nuestras vidas. Uno se puede sentir ansioso antes de un examen, cuando camina por una calle oscura o incluso antes de una cita, según el portal de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, Medline Plus.
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Además de ayuda terapéutica o de medicamentos (para los casos más extremos), hay formas muy simples y básicas para aprender a calmarse. ¡Solo hay que tomarse el tiempo y respirar!
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Consejos
Según la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), las personas que sufren de trastornos de ansiedad, normalmente tienen pensamientos y preocupaciones recurrentes. A partir de estos, evitan ciertas situaciones en las que se sienten comprometidos, y pueden experimentar síntomas físicos como sudor, temblores, mareos o palpitaciones.
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Puedes sentirte mejor con estrategias simples, pero efectivas, que puedes hacer desde el hogar. La Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA, por sus siglas en inglés) aporta varios consejos para bajar la ansiedad:
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• Tómate un tiempo para ti: practica yoga, escucha música linda, medita, hazte un masaje o aprende técnicas de relajación. Alejarse del problema ayuda a despejar la mente.
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• Aliméntate equilibradamente: no te saltes ninguna comida, y ten siempre a mano snacks saludables y energéticos para cualquier momento del día.
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• Descansa bien: cuando tu cuerpo está estresado, necesitas descansar más y mejor. Duerme una buena cantidad de horas diarias, apaga el televisor al acostarte y, si puedes, haz siestas durante el día cuando te sientas muy ansiosa.
• Haz ejercicio diariamente: contribuye a mantener tu salud y sentirte bien. Según la ADAA es preferible hacer aunque sea 15 minutos de ejercicio todos los días, que esperar al fin de semana para “matarse” durante tres horas.
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• Respira: lo que nos mantiene vivos es inhalar y exhalar. Tómate el tiempo para respirar, suave y lentamente, durante algunos minutos cada día.
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• Haz lo mejor que puedas: en lugar de apuntar hacia la perfección, lo cual es imposible, siéntete orgullosa de lo que puedes hacer.
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• Acepta: pon tus pensamientos en perspectiva, ¿el problema es realmente tan malo como crees? No puedes controlarlo todo. Hay factores mayores que afectan nuestras vidas y nuestras decisiones.
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• Ríete: dale la bienvenida al humor. Una buena risa nos ayuda a relajarnos y dejar de lado pensamientos oscuros. ¡Mantén una actitud positiva frente a las cosas!
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• Involúcrate: participa activamente de tu comunidad, encuentra algún programa de voluntariado donde se genere una red de contención, y donde puedas hacerle un alto al estrés y a los problemas de cada día.
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• Aprende: estate atenta a las señales e identifica qué es lo que activa tu ansiedad. Si es tu familia, el trabajo, la escuela o alguna otra cosa. Una buena forma de detectarlo es escribir un diario cuando te sientes estresada y buscar un patrón.
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• Pon el foco en el presente: piensa en qué está ocurriendo ahora, qué es lo que deseas ahora y qué es lo que puedes alcanzar. Acompaña esta lista de consejos con ayuda terapéutica si lo crees necesario, pero recuerda que es importante trabajar en ti misma, desde tu interior.
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