CAPÍTULO 37 - NO HALAGAR LO POSITIVO QUE TIENE EL OTRO

CAPÍTULO 37 - NO HALAGAR LO POSITIVO QUE TIENE EL OTRO- LO QUE NO ES APROPIADO -Este es el capítulo 37 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER.“Todo lo positivo que seas capaz de ver en el otro te servirá para confirmar que tu elección ha sido un acierto”.Esta es una labor de ambos: halagarse en las cosas que el otro hace bien, y recordarle a menudo qué es lo que le sigue seduciendo: su humor, su galantería, su cuidado, su ternura…Durante el noviazgo ambos son pródigos en besos, en caricias, en sonrisas, en halagos… y cuando ya la relación lleva un tiempo formalizada –más o menos cuando ya ambos sienten que tienen al otro seguro-, se aflojan y dejan que la rutina se vaya instalando con visos de perpetuidad; van entrando poco a poco en una convivencia común o mecanizada, los besos espontáneos pierden la pasión y se reservan para los preámbulos del sexo, las caricias son poco más que roces desganados, las sonrisas parecen ortopédicas, y los halagos son escasos y poco convincentes. Es ella quien tiene que pedirle: “Dime que estoy guapa”. “Sí, estás guapa”, dice él distraído.Sí, ya lo sé: estoy generalizando y exagerando… pero quizás no mucho.En cambio, todos sabemos del goce que produce un halago sincero, de esos que provocan la subida del rubor a la cara, del alboroto risueño que produce en la Autoestima, de ese sentimiento de amor hacia el otro que se reverdece, de la sonrisa que se instala queriendo ser imborrable.Y se ha convertido en algo que no hacemos habitualmente.Sabemos cuánto nos gusta ser halagado, pero se nos olvida halagar. Halagar sinceramente, por supuesto, porque si no es de ese modo no tiene validez. Si se exagera, el otro siente que no es natural, que es dar coba o hacer la pelota. Que es falso. Y lo que es falso o aparenta serlo causa un efecto opuesto al deseado. Se nota cuando el elogio es falso o por compromiso. Y duele. No halaga: duele.Si no hay costumbre de elogiar, o si uno no tiene soltura para expresar sus sentimientos, puede estar bien comenzar con pequeñas frases: “eso está bien”, “eso me ha gustado”, “gracias”. Cuando se tenga más soltura y experiencia será más fácil hacerlo, y cada vez más a menudo, y ampliando: “Me ha gustado que hayas renunciado a quedarte viendo la televisión para acostarte conmigo. Gracias”.Y al otro, o a la otra, tal vez, quizás, puede que haya que animarle y enseñarle a hacerlo…Halagarse mutuamente es afianzar los lazos que unen, y es fortalecer los cimientos sobre los que se está construyendo esa delicia milagrosa que puede ser una relación de pareja, cuya mayor ambición habría de ser amar y ser amado como nunca nadie jamás amó o fue amado.SUGERENCIAS PARA ESTE CASO- Ser amable y cuidadoso con la otra parte.- Valorar sus cualidades y hacérselo saber.- Agradecer las cosas que hace bien. - Ser sincero en los halagos.Francisco de Sales(Si le interesa ver los capítulos anteriores, están publicados aquí:http://buscandome.es/index.php/board,89.0.html)
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