ENVIADO POR FORMARSE
.
Hola, tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue. Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para ti.
.
Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas.
.
A ver, dime algo: ¿Tú irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de “paz” impreso en la espalda? ¿No verdad?
.
Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser “sutil” y “suavecito” cuando debo darte el mensaje… Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.
.
Sólo te escucho decirme: “Cállate”, “vete”, “te odio”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.
¿Qué haces tú? Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas día a día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma “mágica” yo me vaya de tu cuerpo. . . . .Y sólo para callarme. . . Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte. Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: ¿por qué apareció este síntoma en mi vida?, ¿qué querrá decirme? ¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora?. ¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma? . . Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como “analizador” de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a un médico ni a comprar medicinas. . Por favor, déjame sin trabajo. ¿O piensas de verdad que yo disfruto lo que hago? Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita. . Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo. . Estoy harto de que digas: “Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”. “Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”. . “Siempre yo con mi migrañas“. Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás. Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada vez que me presumes, realmente estás diciendo: “Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, mírenme, mírenme!”. . ¡Por favor, haz conciencia, reflexiona y actúa. Entre más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida! . Atentamente, Tu síntoma ¿Qué perdono, en realidad, cuando decido perdonar? Me perdono a mí. . Perdono todas las proyecciones de mi mente y todas las historias que me conté con eso que sucedió en el pasado. . Perdono lo que me sigo contando de ese suceso en el presente. Perdono la creencia de que ese herida afectará mi futuro. Perdono lo que me sigo diciendo de la persona que supuestamente me hirió. . Perdono seguir cargando "la herida" y "al victimario". ...Y entonces suelto. . Si no suelto, es porque continúo en un rol de víctima, y entonces me pregunto ¿Qué ventajas me da ser víctima? ¿Qué derechos creo que poseo sobre los demás cuando sigo como víctima? . El verdadero perdón nunca es para los demás, si no, para nosotr@s y para la falibilidad de nuestras proyecciones. |
Comentarios