Si sufres con frecuencia adormecimiento de las extremidades. Se te duermen frecuentemente las manos, los dedos, pies, etc., y no sabes la causa, no te apures. El cuerpo sólo te está comunicando que algo dentro de ti necesita recobrar su equilibrio, circulación y armonía. En el momento que quites los elementos que la propician, dejaras de sentir los síntomas.
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Cuando una parte del cuerpo se adormece se siente pesada, insensible y hay una sensación de hormigueo. Estos síntomas se deben a varias causas, principalmente a que la circulación es deficiente, a una falta de nutrientes y a que el sistema nervioso puede estar desgastado y agotado.
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Para empezar a curar el adormecimiento es necesario que primero empieces a tener más amor por lo que te das tu, principalmente el alimento, tanto físico como afectivo y espiritual.
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Para combatir este adormecimiento, es importante que empieces con una rutina de ejercicios, para descargar al cuerpo de tensiones y que actives una buena circulación y oxigenación en tu cuerpo. Te recomiendo lo hagas en la mañana, toma unos quince o veinte minutos para decirle a tu cuerpo que estas dispuesto a tomar nuevas actitudes y formas de vida.
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Luego, considera tu dieta. Incluye en ayunas un te de limón depurativo, solo tienes que disolver un limón en un vaso y medio de agua caliente, con media cucharadita de bicarbonato. Bébelo diariamente. Espera 20 minutos antes de tomar otra cosa. Incluye en tu dieta frutas ácidas como desayuno, acompañadas con almendras o nueces picadas, y avena cruda con chía o linaza encima. Toma en la comida caldos de vegetales e incluye a menudo el arroz integral, el cual te ayudara a aportar muchos nutrientes esenciales a tu cuerpo, así como el atún, el aceite de oliva y un aguacate al día, los cuales son alimentos estupendos para el sistema nervioso y te ayudará contra el adormecimiento.
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Causa y cura profunda para el Adormecimiento
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Mientras empiezas tu rutina de ejercicio y dieta, necesitas considerar sobre todo la causa más profunda del adormecimiento, que son las actitudes en tu vida y tu mente.
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El cuerpo solo habla de la forma en cómo estamos viendo la vida. Un cuerpo insensible y con baja circulación, habla de actitudes mentales semejantes. Muy probablemente sientas que no puedes ser espontaneo, quizá te hirieron sentimentalmente y esto fue tan fuerte o doloroso para ti que decidiste mejor retirarte del contacto del mundo, en lugar de aprender a acercarte. Así pues, el cuerpo se hace menos sensible porque de alguna forma le pasaste este mensaje al cuerpo: “mejor no sentir, porque si siento, corro el riesgo de ser lastimado o lastimada”.
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Te recomiendo que escribas y revises que osas de tu vida te hicieron sentir así. Quizá pudieron estar en la infancia o en la adolescencia. Revisa bien, porque en el momento en que detectes la experiencia dolorosa, el cuerpo dejara de decírtelo.
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Una vez que lo detectes, es importante que empieces con una nueva forma de ver las cosas. Recuerda que todo lo que nos acontece es para que aprendamos la mayor misión de todas: el amor, que a final de cuentas solo significa conexión, saber conectarnos con quienes amamos y poder fluir hacia ellos de formas cada vez más comprensivas. Si alguien te hirió, recuerda que hacia lo que mejor podía. No esperes a que te amen o no exijas haber sido amado, porque, además de que las personas son incapaces de hacerlo, porque nadie les mostró el camino, estas reteniendo tu propio amor, tanto a ti, como a los demás.
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Puedes empezar por ser más espontáneo o espontánea, dejar de pedir y aprende a dar tu lo que más sientes te falta. Sobre todo, aprende a darte tu lo que más necesitas o sientes te falta, así no estarás en necesidad de recibirlo, y podrás empezar a darlo tú, y a recibir entonces el amor bajo esta reciprocidad. No temas mostrar tus sentimientos de afecto, de necesidad. Se amoroso contigo, paciente y comprensivo. Si aun no sabes cómo o te da temor acercarte, empieza con un animalito, acaricia un gatito o un perrito, una planta. Y siente lo bien que se siente abrazar y querer sin ser juzgado. Trata de mostrarte este mismo cariño. Y luego, a una persona cercana. Y veras como poco a poco el amor empieza a circular de tu corazón hacia la periferia.
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