ENVIADO POR CARMEN
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¿Quiénes somos nosotros mismos? La palabra amor está excesivamente gastada; por lo tanto, la substituiremos por su síntoma práctico: el servicio. El amor ha sido identificado como: “un sentimiento agradable”, y esto no necesariamente es correcto. Cuando un padre castiga con justicia a un hijo, lo
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hace por amor y sin embargo no existe “un sentimiento agradable.” Sus sentimientos pueden ser de impaciencia o de ira en caso de una emergencia, y el motivo es ubicar la consciencia del niño en una conducta sana de cooperación, gratitud y servicio. Sabemos que el proceso educativo del padre es un servicio muy importante, un acto de amor, y vemos que algunas veces debe aflorar la violencia y el castigo.
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Aquel que muestra mis defectos, y se encuentra en una posición apropiada para corregirme, es quién me ama más, cuando me ayuda a superarme, a ser socialmente más útil, sube mi autoestima. Como dice el refrán: “Si no dispones de un amigo que te diga tus defectos, págale a un enemigo para que te haga ese noble servicio”. En cuanto al concepto nosotros mismos, debo poder contestar la pregunta: ¿Quién soy?, en una primera aproximación mencionaríamos que somos nuestro cuerpo, ello parece objetivo y carente de dudas: Si me pincho un dedo, inmediatamente me duele y, por lo tanto, la percepción inmediata es que yo soy este cuerpo.
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Pero si estudiamos más detenidamente esta cuestión, llegaremos a observaciones completamente opuestas e insospechadas. Si digo que yo soy este cuerpo, inmediatamente surge la duda: ¿qué cuerpo?, ¿el de bebé?, ¿el de niño?, ¿el de joven?, ¿el cuerpo ya viejo?, si la respuesta es que somos el mismo cuerpo pero que creció, la ciencia moderna contradice esta afirmación, pues en siete años ninguna célula es la misma, inclusive ahora se sabe que las neuronas también son reemplazadas. A pesar del cambio completo del cuerpo, nos experimentamos como la misma persona. Supongamos que un niño abandona su casa a los cinco años y regresa a los quince, cuando la madre lo ve llegar, sale para abrazarlo e inmediatamente lo reconoce, a pesar de que se trata de un cuerpo completamente diferente al que se fue.
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De acuerdo con estos hechos, nosotros proponemos la siguiente hipótesis. Que existen dos energías independientes, pero que pueden funcionar cooperativamente bajo ciertas condiciones. Sería como un chófer y un coche, el chófer sería la energía: “viva, consciente o superior” y el coche la energía: “muerta, inconsciente o inferior”, sabemos por experiencia que el chófer utiliza el coche mientras funciona. Daríamos una primera explicación de la muerte diciendo que un cadáver constituye un vehículo inservible que ha sido abandonado por el chófer; a este lo definiríamos como la partícula más pequeña posible, es decir, un cuanto de la energía superior.
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El chófer, en su calidad cuántica, sería indivisible, indestructible y eterno. En el contexto más amplio posible, la “Totalidad” estaría formada por dos energías, una viva, consciente, personal y controladora (espiritual); y otra energía muerta, inconsciente, impersonal y controlada (materia), ambas interaccionan en la dualidad: “controlador y controlado” Al asimilar y entender estos conceptos nuestra autoestima subiría enormemente; puesto que no somos el cuerpo, no tenemos por qué sufrir las limitaciones de la vejez, enfermedad y muerte. De ser correcto todo lo expresado, por medio de investigaciones pertinentes, el efecto sobre la elevación de la autoestima de la humanidad sería contundente. Retornando al amor considerado como servicio, el mejor servicio que podemos prestarnos a nosotros mismos es conocernos más ampliamente, para aprovechar mejor todas nuestras opciones y tener una mejor autoestima.
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http://serproconsultores.jimdo.com/sobre-la-autoestima/
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Comentarios
Gracias super. Me interesa saber mas sobre los chacras. Señor Jorge Santos donde puedo conseguir información ? le agradecería . Bendiciones
Gracias, sumamente interesante