Llegó a una aldea y encontró trabajo, un poco de armonía a su vida trajo
Era panadero y preparaba delicioso, lo realizaba con entrega siendo muy laborioso
Pero cuando miraba que los ancianos y niños le pedían algo de comer, él un pan mediano a cada uno le sabía ofrecer
El patrón de su sueldo le descontaba, Miguel a veces sin nada de dinero quedaba.
Hasta que su patrón de él se cansó, y lo despidió, Miguel tristemente partió
Llevando dos panes y una limonada, mientras su alma por la naturaleza iba siendo animada
Escuchaba el canto de las aves y miraba el sol del atardecer, la majestuosa creación podía ver
Luego al lado de un árbol se puso a descansar, y vio una anciana pasar.
Se detuvo y dijo: - Joven, tengo mucha hambre, ya en el pie derecho me está dando un calambre.
Miguel le dio un pan y la mitad de su limonada, la anciana feliz quedó saciada
Lo bendijo y partió, él con alegría la despidió
Al siguiente día siguió caminando, a lo lejos ve un niño llorando.
Miguel se acerca y le pregunta:- Pequeño, ¿por qué lloras?
El niño le dice:- Mi señor, he robado la mitad de un pan a mi hermano y no sé que hacer, a la casa sin la mitad del pan no puedo volver.
Miguel lo mira con ternura y le da la mitad de su pan, el niño le agradece y corre feliz con afán
Luego Miguel sigue caminando y hace un receso para comer su último pedazo de pan, pero al lado de él aparece un débil can.
El se acerca y lo acaricia, le da el pedazo de pan y el perro lo come con delicia
Luego le da de beber un poco limonada, el perro feliz bate la cola de manera agraciada
Miguel se toma el resto de limonada, con una tranquila miraba
De repente unos hombres lo asaltan, al mirar que no tiene nada lo matan.
En su agonía Miguel sufre de dolor, pero siente el verdadero amor
Su espíritu llega donde los dioses, donde se escuchan ruidosas voces
Luego el dios Mell dice: - llegó el espíritu fracasado, agotado y cansado…
No superaste la pobreza y dolor, en todo fuiste fracasador.
Miguel sonríe fuertemente, todos los dioses lo observan sorprendidamente
Dice:- yo triunfé y a ustedes derroté; aprendí a compartir, y en sociedad vivir…
El dolor lo trasmutaba en amor… miré la riqueza de la bendición, y dé cada buena acción…
Donde mi corazón la recibía, y en luz vivía…
Amando cada ser creado, sintiendo en la naturaleza su feliz espíritu alado…
Ahora digo que triunfé, y la apuesta gané.
Su padre fue hacia él y lo abrazó; los dioses aplaudieron, el gran tono y la espada de poder a Miguel le dieron
Gracias Dios por la historia de Miguel, dicen que por su misión ascendió a arcángel él.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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