Miles de eras atrás, en una cuarta dimensión además
Había un bello paraíso, para dos inocentes ángeles Dios lo hizo
Lleno de magia y poder, la divinidad se podía ver
Rodeado de verde vegetación, todo era sublime expresión.
Los animales vivían en armonía, era eternamente alegría
Se alimentaban de la energía celestial, fue el edén especial
Los dos ángeles vibraban en amor, brillaba el arco iris de humilde honor
Danzaban al toque del arpa encantada, dulce cada mirada.
Se comunicaban telepáticamente, la presencia suprema estaba presente
Se bañaban en el manantial de vida, la llama de la fe estaba prendida
La inocencia primaba, él tiernamente la abrazaba y besaba
Sobre las nubes volaban, a los arcángeles miraban.
Todo era paz interior, primaba el santo yo superior
Sus rostros y cuerpos resplandecían, “gloria al universo”, ellos decían
El niño interior era eminente, cada alma gemela presente
Las flores acariciaban sus cuerpos, no existían los tiempos.
Cantaban la hermosa melodía, era la mística estadía
De imagen y semejanza, así nació la esperanza
Aunque bajamos a la tercera dimensión, nuevamente ascenderemos a la divina Sión
Gracias Dios por los dos ángeles del paraíso, nuestra voluntad lo hizo.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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