LA NUEVA FRECUENCIA DE AMOR
Si buscas el Amor, tira abajo todas tus creencias y olvídate de las experiencias vividas. Empieza de nuevo por donde nunca se te hubiera ocurrido que anda el Amor buscándote a ti. El Amor es una energía que fluye libremente en todo el Universo. Hay que aprender a pedirla y tomarla desde la Fuente Ilimitada. El Amor ‘llega’ desde el Centro de Amor Universal hacia el centro interno de cada uno. Ábrete, tira tus corazas y deja que esta maravillosa energía disuelva los sentimientos negativos de separación y soledad y logres estados de paz y bienestar ‘desde adentro y sin esfuerzos’. Nuevas formas de relacionarnos amorosamente están surgiendo en estos tiempos. En los últimos años hemos crecido mucho en la expresión de los sentimientos. Ahora, el amor se abre como un loto de mil pétalos y da múltiples posibilidades para salir de nuestras limitaciones y carencias.
¿Qué es el amor?
El amor es ENERGÍA que viene de la Energía Universal Creadora. El amor es un estado de completa felicidad, se disfruta cuando uno se abandona en el sentimiento y deja que todo fluya sin obstáculos.
Los seres se están encontrando para activar la nueva conciencia del amor y así poder sacar lo mejor de sí y crecer espiritualmente, porque el amor es el camino más genuino para el nuevo crecimiento interior. Desde el amor sin condicionamientos ni expectativas las almas están sanando viejas heridas de soledades y abandonos y están creando un estado interior más pleno y seguro.
El amor es amor y nada más, no se encadena a ningún contrato o filiación. Si deseas vivir con la persona amada, vive. Pero no pongas obstáculos en la convivencia, no exijas al otro lo que éste no tiene para dar, no le compliques la vida con reclamos. Deja que la relación fluya libremente. Respeta sus espacios, sus tiempos, sus gustos y que te respete a ti. No sientas obligaciones en ningún momento, ni sometimiento o dependencia. No calles lo que sientes, pero habla con dulzura.
Hay muchas maneras de comprometerse en las relaciones y uno cree que todo eso es amor, generalmente es dependencia emocional, necesidad de que otro llene tus vacíos y encima, los llena mal. No busques el amor afuera. Tienes que aprender a generarlo desde tu centro cardíaco, llenar tu aura, tu mente, tus palabras del amor que tomarás del Amor Universal y luego expresarlo. Todo en tu entorno vibrará en el amor y no habrá más carencias ni abandonos.
Reflexiona sobre estos aspectos: ¿Por qué cargas al amor con tantos condicionamientos?: Te amo aunque…, te amo porque…, te amo pero… El verdadero amor no es nada de todo eso. El amor es un sentimiento que fluye puro, sin distorsiones. Una cosa es convivir y compartir la vida con alguien y otra cosa es amar a alguien. Lo ideal es que se den ambas cosas juntas. Pero si no lo has logrado y convives con alguien a quien ya no amas, clarifica tu interior, acepta la realidad y no eches culpas afuera, en tu camino de evolución estaba el desamor para que ahora busques el amor, que no es sólo tener a otro, sino poder relacionarte amorosamente con TODOS.
Si en el plano humano no encuentras cómo llenar tu vacío de amor, comienza una tarea de crecimiento interior para conectar la Fuente Eterna de Amor Universal y entonces estarás vibrando también en el amor humano.
El amor está llamado a cubrir el Universo… pero mientras no nos demos cuenta que somos nosotros los que tenemos que llamar, invocar, fabricar, ese amor y luego proyectarlo… el amor no puede conocerse, no puede proyectarse, no puede operar en la humanidad… porque eso depende de nosotros y no de otras fuerzas cósmicas.
Nosotros somos antenas cósmicas para recibir información, y difundirla y entonces de esa forma poder producir mayor inquietud por conocer, que es lo que está sucediendo en esta Nueva Era.
La verdadera conciencia de amor comienza a entenderse ahora, en la medida en que salimos de todo tipo de creencias limitadoras. Los verdaderos sentimientos que restaurarán nuestra vida están fluyendo desde una dimensión superior de compresión de la vida, donde el Ser encuentra su resonancia espiritual y puede conectar el amor en su esencia pura.
Para gran parte de la humanidad, en estos momentos, el amor está mezclado con necesidades sexuales, fantasías culturales, reemplaza carencias. Depende de las creencias de cada individuo que el amor dé felicidad o produzca dolor.
Muchos ya han comprobado que con la cabeza no se ama. El sentimiento amoroso es una energía, de determinada frecuencia vibracional que se condensa en el chakra cardíaco y desde allí sale y se expresa. Quienes tienen bloqueos energéticos en el centro cardiaco no pueden expresar esta energía con facilidad y se sienten solos y angustiados. Cuando este centro vibra en una determinada frecuencia y entra en resonancia con otro ser que está en la misma frecuencia se produce un intercambio amoroso pleno. Esto puede darse una sola vez, varias veces, por mucho tiempo, por toda la vida humana. Todo depende de la capacidad para mantener esa sintonía. Es por ello que el amor no pide ni da: se expresa. A veces encuentra resonancia y respuesta y otras veces no. Con la excusa de ‘lo hice por amor’, se esconden muchísimas formas de manipulaciones, resentimientos, necesidad de poder o de dependencia. ¡Basta de telenovelas!
Después de comprender este nuevo concepto de amor, no tiene sentido hablar de los celos ni de fidelidad. Se es fiel con uno mismo y con los propios sentimientos. Con el crecimiento interior se logra ser consecuente e íntegro con uno mismo. Sólo desde este lugar de armonía interior se puede fluir un verdadero sentimiento amoroso profundo y puro.
Este estado amoroso pleno es el que se expresa en todos los niveles de la vida, no sólo en el amor de pareja. Uno ama LA VIDA y ama a todos los seres. La fuente de amor está dentro de uno y no necesita que venga a llenarla nadie. Si has sanado tus propias heridas eres amor e irradias amor. Sólo así se entra en resonancia y se encuentra quien comparta tu frecuencia de amor. Si logras solucionar todos los mandatos adquiridos con respecto al amor, podrás enseñarle a otro cómo lograrlo también y podrá acompañarte en el camino de explorar juntos las nuevas dimensiones del amor.
Los procesos de transformación son internos y externos. Con tal celeridad se producen los acontecimientos que no hay tiempo para pensar. Estamos en las puertas de un gran cambio, inimaginable para muchos.
El planeta Tierra y nosotros VAMOS A CAMBIAR DE DIMENSIÓN. Es decir, está finalizando la 3° dimensión que es material, sólida y concreta,donde sólo existe lo que se ve, y ahora comienza a llegar a nuestra realidad oleadas de nuevas energías que corresponden a las frecuencias de la 4° y 5° dimensión, donde el tiempo real es el presente y la conciencia se expande hacia la comprensión espiritual de la vida.
Toda partícula de vida está experimentando un proceso de transformación. Los nuevos códigos se introducen en diferentes puntos del planeta y desde allí se activan, modificando nuestra historia evolutiva, tanto individual como colectiva. Esto produce un inevitable cambio de conciencia en cada ser viviente que se registra en el físico y en la mente. Es por ello que necesitamos conocer y comprender las modificaciones de nuestro mundo interno y externo.
Simplificar la vida. Liberarnos de cargas pesadas, vaciar la casa (física y mental). En aquellas cosas que ya cumplieron su función. Dejar espacio para las nuevas frecuencias de conciencia que vienen desde el Universo, son las que aportan el cambio y disuelven las viejas creencias que sirvieron hasta ahora.
Aligerar las relaciones afectivas, vincularnos por amor, no por conveniencia u obligación. Desapegarse de los dramas y crear paz, paz, paz. Soltar… todo lo que limita y angustia. A través del sentimiento pleno y el amor incondicional el ser puede conectar las energías de la 5° dimensión.
Si se te desordenó la vida… en buena hora, estás en el cambio. Hay que rifar todo y “quedarse desnudo” para sentir que la vida está en uno y no en las cosas que creíamos que eran nuestra seguridad. (De cualquier manera, muchos se quedaron desnudos muy a su pesar).
Extracto de articulo "Estamos en las puertas de un gran cambio"
Edición: Grupo Meditación TOLETUM
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Como educar ¿a los hijos o a los padres?
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Los hijos desde el momento que nacen representan para casi todos los padres, un cúmulo de esperanzas y expectativas. Muchos padres perciben a su descendencia como sus propias extensiones, principalmente en aquellas áreas donde aun no pudieron culminar sus objetivos personales, entonces depositan en ellos el peso de sus ambiciones más secretas. Otros los tienen como cómplices incondicionales y depositarios de quejas, dimes y diretes e historias personales y son educados dentro de un marco de evitación, donde la sobreprotección es la regla. Estos padres plagados de buenas intenciones cuartan su libertad de experimentar para evitar que sus hijos sufran experiencias similares a las que ellos padecieron, guiados principalmente por el miedo por encima del amor y la confianza.
También están aquellos padres perfeccionistas donde para sus hijos se vuelve una tarea prácticamente imposible poder complacerlos y lograr su reconocimiento.
Estas actitudes de los padres generalmente son inconscientes, y están colmadas de buenas intenciones. No se percatan y no son ellos quienes toman las decisiones sino sus propios programas mentales que toman el mando, sus memorias familiares, ancestrales o experiencias traumáticas de sus pasados.
En realidad cuando hablamos de los hijos de quien verdaderamente hablamos es de los padres, no hay forma de desligarlos. Los padres son la causa y los hijos el efecto, visto de otra manera, yo soy la creadora del mundo que percibo incluyendo a mis hijos.
Invariablemente nuestros hijos son nuestra proyección, algunos padres más que otros logran mantener un apego relativamente saludable con ellos, otros debido a sus temores, experiencias pasadas y creencias ejercen presión mas o menos fuerte para ajustarlos al modo de pensar del núcleo familiar.
Las causas que motivan a que padres eduquen a sus hijos bajo ciertos paradigmas son muy amplias pero las motivaciones básicas que los impulsan, están centradas en torno al amor o el temor.
Las relaciones basadas en el temor, cuando este es la parte predominante creará relaciones difíciles, numerosos conflictos, alejamientos, adicciones, etc pero estas situaciones se pueden revertir, siempre podemos regresar al amor y restablecer los lazos. En la medida que nosotros estemos bien, ellos estarán bien sin importar la distancia ni el tiempo transcurrido ya que estamos siempre interconectados.
Nuevamente tenemos que tomar responsabilidad de que todo aquello que vemos en nuestros hijos lo hemos creado nosotros. Cuando observamos conductas que nos preocupan o nos desagradan, donde tenemos que mirar es en nuestro interior. Aunque no parezca así, nosotros creamos nuestras experiencias. Podemos intentar corregirlos pero los resultados no serán los esperados a menos que nos revisemos y cambiemos nuestra percepción. Lo que vemos en nuestros hijos son solo nuestras proyecciones, y no los estamos viendo desde el corazón, como realmente son.
La sanación comienza desde adentro hacia afuera, comenzamos por nosotros y esta se extiende a nuestras creaciones.
Nuestros hijos son nuestros maestros, están aquí para enseñarnos que debemos rectificar en nosotros, y nos brindan siempre una oportunidad de emendar.
Si nos enfocamos en el amor lograremos grandes cambios, no en ellos sino en nosotros, y por lo tanto se producirán en ellos también. Lo que vemos afuera es el reflejo externo de nuestro interior, nuestras creencias las vemos reflejadas en el cuerpo físico de nuestros hijos, no los percibimos perfectos como fueron creados porque nuestros lentes están teñidos de memorias, de un cumulo de información que no nos sirve y por lo tanto nos llenamos de juicios que nos imposibilitan ver con claridad.
Cuando hablamos de los hijos, tenemos que describir a los padres.
A nuestros hijos tenemos que amarlos y agradecerles que estén en nuestra vida y solo de esta manera es cuando se producen los cambios milagrosos. Aceptar tan siquiera un poco que podemos estar equivocados y que no vemos las situaciones desde la perspectiva del corazón sino de la mente, puede restituir las relaciones y devolverlas a su estado natural de armonía y paz.
Es importante comprender que nuestros juicios siempre vienen de nuestras memorias, fueron aprendidos y es necesario aceptar la posibilidad que podemos estar equivocados porque no estamos mirando con los ojos del amor sino desde el miedo.
A nuestros hijos debemos aceptarlos tal como son y dejarlos libres de nuestras cargas, y nosotros debemos limpiar y limpiar nuestras memorias para ser inspirados en la mejor manera de guiarlos.
Cuando obtenemos claridad las relaciones se transforman y sucede lo que es perfecto y correcto para cada quien.
Te amo
Como educar ¿ a los hijos o a los padres?
Jocelyne Ramniceanu