Para una mejor educación y un cambio de pensamiento de los niños (as), padres de familia; se logra cambiando primeramente la mentalidad de los maestros.
El Ministerio de Educación debería contratar psicólogos de elevado nivel de conciencia para realizar seminarios con los maestros de todo el país, mejorando la calidad humana, el compromiso y el amor por los estudiantes. Cuando trabajamos con amor cambiamos la mentalidad humana. Los estudiantes en alto riesgo de vulnerabilidad social, necesitan transmutar de raíz su pensamiento de violencia, de pobreza, desunión y desamor; por pensamientos de paz, de abundancia, unión y amor. Todo mal social emerge del pensamiento cultural que hemos adquirido.
La misión de los maestros es brindar afecto, alegría, destacar la habilidad de cada estudiante, enseñar con entrega, apoderarse de su verdadera vocación de maestro. Los conocimientos aprendidos son buenos pero más que adquirir conocimiento académico se necesita incentivar con amor a los niños y niñas ya que son el futuro del país.
Por lo menos en cada institución educativa del país, debería realizar seminarios con los padres de familia una vez por mes, para desarrollar su cambio de mental y de conciencia hacia sus hijos,
Infundir amor, unión, valores, respeto, cambiar las palabras negativas por positivas; ya que la palabra tiene un poder muy grande, lo que hablas en negativo o positivo repercutirá en tus hijos.
Se tiene de dar una transformación con la neurolingüística para poder formar personas de bien y de pensamiento elevado en todo el país.
La fusión del gobierno es brindar apoyo psicológico elevado de conciencia, brindar mejores infraestructuras educativas, más oportunidades de empleo a sectores sociales vulnerables, mas capacitación para que cada familia aprenda un arte, oficio y pueda sostener a su núcleo económicamente.
“Cuando amamos verdaderamente un país, realizamos todo a nuestro alcance para lograr un cambio de conciencia y mentalidad, hacia la tolerancia, aprendizaje y prosperidad “
Muchas Gracias y bendiciones en luz.
Yider Araque
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