La adolescente esta triste y en su habitación realiza una oración, con lágrimas que salen de su corazón
Agradece a Dios por todo lo sucedido, recuerda el tiempo con su madre vivido
Dice, Padre Dios, siento mucha tristeza, a veces no miro tu belleza
Estoy sola y desamparada, mi madre está en tu bendita morada.
Cuando era niña me abrazaba con ternura, sentía la más hermosa dulzura
Me decía te amo con el alma, eres mi maravillosa calma
Yo reía de felicidad, sentía en ella una esencia de gran santidad
Me protegía a todo momento, la amo con alma y pensamiento.
Decía que mi padre había muerto, pero nos cuidaba como el apacible viento
A todo lado me llevaba, como a la niña de sus ojos me amaba
Pero un día enfermó y se iban acabando sus fuerzas, me dijo que cumpliera algunas promesas
De ser valiente y perseverante, brillar en toda situación como el diamante.
Que ella estaría a mi lado, sería mi ángel alado
Yo le decía, mamita no te mueras, vive conmigo por todas las eras
Le he dicho a Diosito que no quiero perderte, siempre deseo tenerte
Quien me va proteger si tú te vas, me quedaré solita además.
Recuerdo que tú me abrazaste empapada en llanto, parecía un triste canto
Me dijiste, hijita de mi alma, prométeme que serás feliz para que mi corazón tenga calma
Tus abuelitos te cuidaran, por siempre amaran
Ambas llorábamos inconsolables, de almas universalmente inigualables.
Pero te prometí ser valiente, estar unida a la universal Fuente
Realizaste una leve sonrisa, cerraste los ojos y tu esencia partió como suave brisa
Mis abuelitos me abrazaron, y nostálgicamente lloraron
Por varios días no pude dormir, quería también morir.
Pero fui aceptando el dolor y convirtiéndolo en amor
Casi todo los días voy dejarte flores, expreso en tu tumba mis anhelos y temores
Sonrío y lloro como si estuvieras a mi lado, eres mi ángel amado
En la escuela miraba como los niños a sus padres besaban, yo sacaba tu fotografía y mis ojos apaciblemente lloraban.
Ahora que soy adolescente necesito mucho de tus consejos, ya mis abuelitos están cansados y viejos
Sé que ellos me brindan cariño y protección, pero me falta que me acaricie tu corazón
Pero debo ser valiente, siguiendo mi camino firmemente
Gracias Dios y madre por escucharme, por siempre arcángel divino vas a cuidarme.
La chica durmió profundamente, y miró a su madre de repente
La observó como una hermosa ser de luz y amor, destellaba en divino honor
Ambas se abrazan y ríen en felicidad, luego la madre le dice unas palabras con humildad
Hija mía, yo siempre he estado contigo, soy tu dulce abrigo.
No temas ni tengas miedo, afronta todo con gratitud, tu misión debe ser cumplida en plenitud
Recuerda que nos encontraremos, por siempre juntas estaremos
Luego la joven despierta y dice con felicidad; sí madre cumpliré la gloriosa meta en luz y bondad
Gracias Dios por el amor Fraternal, cada misión es única y especial.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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