Hola seres de luz, hoy plasmaré un escrito que le fascina al alma y a mi humilde espíritu, el verdadero amor que va mas allá de un cariño de pareja, piedad o caridad por los demás. Un amor que no mira clases sociales, moda, ambición, envidia, orgullo, discordia etc.
Es el amor universal de Padre-Madre Dios, divino e infinito que emana del corazón y fluye hacia el exterior, con paz interior, fe y esperanza.
Hace unos años atrás dialogaba mucho con un sacerdote franciscano, ya que él me inspiraba gracia y humildad; yo decía “ojala toda la iglesia católica aprenda de esta congregación”. Cierto día “tocamos” el tema de la Madre Teresa de Calcuta; él me dijo que en su juventud la conoció cuando estaba haciendo el seminario en la ciudad de Cali Colombia. Fue encargado con otros integrantes de la comunidad religiosa para irla recibir en el aeropuerto. Todos estaban con sus mejores vestidos y a la expectativa de la llegada de la Madre Teresa de Calcuta, ya que era un gran personaje. Entre ellos decían: “El cardenal vino con el más fino traje a esperar a la madre Teresa”, también decían: “Debe de venir con muchas maletas”…
Estaban ansiosos para verla. Llegado el momento, todos se sorprendieron cuando observaron una mujer con el uniforme de monja muy sencillo y en su mano llevaba una pequeña caja de cartón amarrada con una piola donde cargaba sus tres vestidos. El cardenal se sintió mal de ver que le faltaba humildad espiritual a él y sus pupilos.
Bella historia que sigo recordando en mi vida.
El amor es la fuerza interna donde emana el espíritu de la Fuente que va más allá de una ficticia materia terrenal.
También leí una anécdota de un pasaje que hablaba acerca del amor.
Un gran maestro espiritual iba a llegar a un pueblo y cada familia estaba feliz por su venida, cada núcleo familiar debía de tener un solo representante e ir a la gran capilla con un presente para el maestro. Pero había una familia que no tenía nada que brindarle al mesías, y el padre le dijo a su hijo:- Te escogimos a ti hijo querido para que vayas a ver al gran guía, pero no tenemos nada que brindarle, así es mejor que no vayas para no pasar vergüenza. Pero el joven tenía tantas ganas de ir que dijo:- Padre, voy ir sin importar que no lleve nada material.
El joven partió y luego miró la llegada del gran sensei, todos le llevaban sus presentes y lo ovacionaban. El maestro observó a un chico que estaba atrás de la multitud que lo miraba con mucho aprecio y cariño; el maestro dijo:- Acércate joven.
El joven se acercó inclinándose. El maestro le dice: ¿Qué presente me has traído?
El chico comienza a llorar y luego dijo:- No te traje ningún presente amado maestro, pero te brindo mi corazón que está lleno de humildad.
El maestro se arrodilla y lo abraza, luego dice:- Joven, es el mejor regalo que me han podido hacer en toda mi existencia, porque el amor no se compara con nada material del universo, ahora he conocido el verdadero amor.
Bello relato, el amor no mira lo terrenal, mira el limpio corazón.
Hay un relato en la biblia muy hermoso que dice “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”
1 de Corintios 1-26 al 30.
Las mayoría de los avatares o maestros espirituales nunca pertenecen a grandes familias reconocidas, ni son instruidos por las universidades, pero su sabiduría espiritual es más grandiosa que cualquiera de ellos, porque ya conocen lo que es el verdadero amor, donde ni la ciencia puede deducir sus poderes sobrenaturales. Un ejemplo claro es Jesucristo.
Cierto día en mi juventud fui a bailar a un festival, mis amigos y amigas estaban felices danzando, al pasar los minutos miro a una señorita que nadie la sacaba a bailar. Entonces me acerco a ella y le digo:- Bailamos, por favor.
Ella me dice:- No se avergüenza de mí por faltarme la mitad de mi brazo.
Yo le dije:- No, porque para mí eres una creación de Dios, igual que yo.
Ella me sonrió y bailó conmigo, luego los demás la sacaban a bailar.
Desde que tengo conciencia amo la espiritualidad y veo a todos en el mismo nivel.
Como dijo el apóstol Pablo, “el amor no se compara con la caridad, ni las lenguas angélicas, ni las riquezas, ni la profecía, ni los misterios, ni la ciencia, ni la fe, ni la esperanza. El amor es muy superior a ellos”.
El amor no mira el empaque, el observa lo que hay adentro
Del amor venimos, estamos y por siempre estaremos.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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