EL NIÑO DE LOS 5 PANES Y 2 PECES

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Un hermoso niño de lindos sentimientos, vivía feliz jugando con los cuatro vientos

Humilde y laborioso; corazón bondadoso

Salía a pescar, para su familia ayudar

Escuchó cierto día, que había un mesías; Jesús el  avatar de la más alta sinfonía.

 

La gente comentaba, que sanaba a los enfermos y a los pecadores amaba

Además  hablaba del nuevo nacer,  donde el espíritu se deleita con placer

El niño  sintió la felicidad en su corazón, conocerlo era su gran pasión

Le dijo a su madre, que iba a ver al redentor, porque era su más divino amor.

 

La madre aceptó; el niño, fe eterna decretó

En su mochila llevó 5 panes y 2 peces;  para su alimentación por tres veces

Un beso en la mejilla a su mamá le dio, feliz y cantando salió

Después de tres horas de caminar, por fin terminó su andar.

 

En una pradera estaba la gran multitud,  a lo lejos miró el mesías de gran virtud

Sus lágrimas brotaban sin cesar, su corazón palpitaba por el gran amar

Corrió hacia él, quería sentir el manantial y la espiritual miel

Dos apóstoles no le permitieron ingresar; el maestro les dijo, déjenlo pasar.

 

La creatura lo abrazó y empezó a llorar,  Jesús con ternura  lo comenzó a mimar

Le dijo, bello ángel no llores más,  conozco el lindo corazón y tu alma además

Para mi es una grandeza conocerte y en mis brazos tenerte

El pequeño con sentimiento le dice, eres el más radiante hombre, gran rey eterno nombre.

 

 

Jesús sonríe y le dice, precioso ángel de dulzura, se nota que conociste al Padre en extensa hermosura

Un gran alquimista serás y mis palabras mágicas enseñarás

De repente alguien dice, ¡Maestro la gente está hambrienta!, ya en sus rostros se manifiesta

 El niño abre su mochila y dice, yo les brindo estos 5 panes más 2 peces, para que tú amado maestro lo progreses.

 

Jesús ríe con ternura, le dice, pequeño tu fe es más grande que toda esta llanura

De repente el alimento se multiplica sin parar, todos quedan sorprendidos sin respirar

El mesías dice, empiecen a repetir,  recuerden que el Padre brinda abundancia sin medir

Las multitudes comieron con felicidad, decían, este es el mecías en verdad.

 

Después de haberse  saciado, escucharon las palabras del gran amado

De su boca destellaba luz y amor; el palpitar de sus corazones  era de gran honor

Luego el niño se despidió del maestro estelar; le dijo, eres el Ser del gran volar

Jesús le respondió,  ángel, tú eres mi gran admiración, llevarás por siempre las palabras en canción.

 

Otro fuerte abrazo se dieron, y alegremente se despidieron

Después de una hora caminando, la mochila del niño iba más y más pesando

Él, la descargó y abrió; ¡que sorpresa se dio!

Dentro de ella había más de mil monedas de oro, era un  gran bello tesoro.

 

Su alegría fue indescriptible, comprendió que el corazón y fe del alquimista todo es posible

Al pasar el tiempo se convirtió en el hombre más rico de la comarca, para  los más necesitados fue la firme barca

Fue un gran alquimista, donde unió mente con corazón,  la historia más grande del mecías en expresión

Gracias Dios, por este bello relato, mi fe al corazón por siempre ato.

Bendiciones,

Yider Elder Araque Cerón   

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