Pedro, un gran casanova, vestía con elegancia y bella moda
No le gustaba trabajar, por su buen parecido se ponía a engañar
Conquistaba con su mirada seductora, le sonría a toda señora
De su boca salían palabras de falso encanto, hasta entonaba su ridículo canto.
Les hablaba de ilusorias riquezas, hacía muchas promesas
Algunas mujeres caían derretidas, perecían locas y pervertidas
Las hechizaba con sus besos y caricias, de maléficas delicias
Siempre se fijaba en las adineradas, para él eran las indicadas
Luego les quitaba poco a poco sus pertenecías, ellas le entregaban todo con ingenuas complacencias
A los seis meses las dejaba, de riquezas banas se llenaba
Ellas sufrían de dolor, por terminar con su equivocado amor
Pedro se burlaba de nobles sentimientos, vivía en lujosos apartamentos.
Pero a cada quien le corresponde lo que ha sembrado, en su alma gemela oscura se ha fijado
Aquella mujer era sexy y engañadora, parecía una bella aurora
Su nombre Indira de la Cruz, pero todavía no encontraba su luz
A su corta edad tenía tres pensiones, apagó ilusorios corazones.
Pedro cayó rendido a sus pies, todo era dulce mies
Las apasionadas relaciones lo enloquecieron, sus emociones florecieron
Luego de un corto tiempo, ella se aburrió de compartir su cuerpo
En una cena sensual, le brindó a Pedro un trago, donde desapreció el conquistador mago.
Llevaba la copa gotas venenosas, Indira tenía listo el ataúd y las rosas
Al mes la dama fue descubierta, ahora está en la cárcel, mantiene triste y despierta
Recordemos ser transparentes, y en el amor de pareja decentes
Gracias Dios, por esta historia, es mejor estar unido a ti para ingresar a la gloria.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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