ENVIADO POR CARMEN
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https://www.youtube.com/watch?v=3AfwjI2eUDA
ARCÁNGEL ZADQUIEL
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Misericordia, compasión
Reconoced las leyes de lo eternamente vigente, la verdad de la luz superior. No sentenciéis, y no seréis sentenciados. No maldigáis, y no seréis malditos. Perdonad, y se os perdonará. Dad, y os será dado. Una medida plena, apretada, colmada y superfina os será entregada en vuestro regazo. Tendréis riqueza y exceso. Porque todo lo que deis volverá hacia vosotros. Todo lo que liberéis, también se verá liberado en vosotros. Porque con el rasero con el que midáis se os medirá a vosotros. Por lo tanto, enviad la luz de la felicidad al mundo. (Lucas 6, 37-38)
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Trasfondo
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El nombre de Zadquiel (o Tsadkiel) procede del hebreo y significa "procurar la justicia", "maestro justo en el sentido divino". Zadquiel es el guardián del ordenamiento divino. A él se le otorga el poder de guiar a "los que buscan la verdad", según sus facultades espirituales y su coincidencia con las reglas del tiempo, para llevarlos a la posesión del saber eterno, que les permitirá transformarse totalmente en luz. También se le denomina "el más viejo de la fe". Se encontraba junto a David cuando venció a Goliat, ayudó a llevar el Arca de la Alianza hasta Jerusalén y a hacer posible lo "imposible".
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Zadquiel es el guardián del gran culto de consagración de muchas órdenes místicas. Conoce las leyes y las reglas divinas, válidas eternamente, que, para desarrollar su eficacia en el rito, tienen que celebrarse en una forma propia, con un ritmo especial y en un orden determinado. Es el arcángel de la ceremonia que procura la justicia en sentido divino. En los tiempos actuales, su principal tarea consiste en transmitir al mundo la verdad divina y en el desarrollo del alma humana. Enseña la "ciencia de la alquimia", la transformación a través del rayo violeta, las leyes divinas de eterna validez. Es el guardián del fuego de la transformación, del amor a la libertad y del perdón. Cuando es invocado, contribuye a la purificación y transformación de todo ser vivo.
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Desde hace 60 años aproximadamente se vuelven a hacer públicos de nuevo conocimientos antiguos, ocultos en su día y eternamente válidos y son irradiados a este mundo. Entre tanto, muchas personas han extrapolado importante información a partir de ellos y trabajan con dicha información. La iniciada era de Acuario está bajo el gobierno del séptimo rayo violeta de la transformación, del perdón y de la libertad. Por consiguiente, el trabajo con la llama violeta es uno de los principales ejercicios de esta era.
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Significado
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Si a través de Zadquiel llega a ti la llamada del reino de Hesed, ha llegado el momento de detenerse. La vida, de manera inesperada, te tiene preparados regalos y oportunidades. ¿Estás listo? Aquí puedes girar al compás de la rueda de tu fortuna.
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¿En qué dirección debe continuar ahora tu viaje? En este momento puedes disolver antiguos asuntos y liberarte de ellos. Has llegado al punto en el que estás preparado para preocuparte por tu felicidad, independientemente de la opinión del mundo exterior. Si alcanzas este punto, desarrollarás conciencia y amor. Has reconocido los tesoros que hay en tu interior. Estás preparado para perdonarte a ti mismo, pues Dios ya te ha perdonado.
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Ahora no dirigirás tu atención hacia el comportamiento de otros, sino hacia ti mismo y hacia tu desarrollo. La luz se ha hecho fuerte en ti. Te llevas a ti mismo. Aquí puedes despojarte de las últimas cargas del pasado, respirar y experimentar la fuerza de la gracia divina. Tu última prueba es la confianza y la fe en esta fuerza divina. Los obstáculos del pasado quedaron atrás. Déjalos ahí.
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Ejercita el estar Aquí y Ahora, el dejarte llevar por el momento y el reconocer las indicaciones divinas que te conducirán por sí solas hacia la felicidad. No ya tu razón, sino un Yo superior te guiarán. A través de la fuerza divina podrás ver cumplidos los deseos más profundos que anidan en tu corazón. Da un paso adelante. Si tienes algún "tropiezo" en el camino, reconoce la sabiduría en él, perdónate a ti mismo y no te detengas más que lo necesario. Así aparecerá la felicidad a tu lado.
Mensaje de Zadquiel:
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TU VIDA TE SERÁ REGALADA, LO QUE HAGAS CON ELLA SERÁ RESPONSABILIDAD TUYA
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Meditación: Transformación a través del fuego violeta
Créate un ambiente de retiro tranquilo y confortable. También puedes buscar un lugar en la naturaleza. Inspira y espira profundamente un par de veces. Imagínate una envoltura alrededor que te proteja de influencias alteradoras, de forma que te encuentres seguro y a salvo. Imagínate todas las relaciones que tienes o has tenido con las personas. Están unidas a ti mediante hilos de energía en tu plexo solar*.
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Clama con la fuerza de tu corazón la llama violeta de la transformación. Este fuego violeta arde suavemente a tu alrededor y a través de ti. Purifica y quema todo aquello que no corresponde a la luz divina. Siente cómo este rayo de fuego te libera de todo lo negativo. También te puedes imaginar que se derrama de tus manos. Viaja con tus manos a lo largo de tu cuerpo y arranca la sustancia negativa de tu campo de energía. Continúa hasta que tengas la sensación de que la sustancia oscura ha desaparecido de tu manto de energía y vuelva de nuevo a brillar con colores puros.
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Si quieres, al final de tu ejercicio, puedes imaginar cómo el fuego violeta arde alrededor de la Tierra y transforma todo lo negativo.
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En la vida cotidiana o incluso por las noches, antes de acostarte, la idea de una columna de luz violeta es una buena protección ante las fuerzas oscuras. Todo aquello que no pertenece a la luz y que viene a ti del exterior se consume inmediatamente en tu campo energético y no te puede dañar. También te puedes buscar tu propia imagen interna del fuego violeta que más te ayude. Sé libre y observa con qué ejercicio te sientes mejor.
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Invocación
El fuego violeta de la transformación y de la libertad arde, arde y arde a través y alrededor de cada electrón de mis cuatro cuerpos elementales, arde en el cuerpo material, mental, intelectual y espiritual. Transforma cada vibración disonante en luz, hasta que responda al deseo divino. ¡Yo perdono! ¡Yo perdono! ¡Yo perdono! con todo mi ser a todo el mundo, lugar y circunstancia que, en alguna ocasión, me causó daño. Yo perdono... (ocasionalmente, introducir nombres), él/ella es libre y yo soy libre. Somos eternamente libres.
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Fuente: La fuerza divina de los ángeles
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Comentarios
hermoso arcangel mil gracias.
muy bonito gracias por compartir